Duras sanciones como antídoto para intentar frenar la violencia en el fútbol extremeño. Tanto el futbolista de Las Hurdes que agredió al árbitro en Jaraíz de la Vera como el del Castuera B que propinó una patada al colegiado en el encuentro ante el Monesterio, en ambos casos el pasado fin de semana, tendrán que afrontar finalmente severos castigos, según se decidió ayer.

De un lado, el Comité de Competición de la Federación Extremeña de Fútbol sancionó con un año y 10 partidos al futbolista visitantes que pegó al árbitro en el encuentro Jaraíz-Las Hurdes, correspondiente a la Primera extremeña. Además, el resultado del partido quedó fijado definitivamente en 1-0, como señalaba en los minutos finales del primer tiempo, cuando fue suspendido tras acaecer el incidente.

Del mismo modo, el club hurdano, que en los días siguientes ha mostrado su rechazo al suceso en el que fue protagonista un futbolista de su entidad, tendrá que afrontar una multa que ronda los 400 euros. Se podrá recurrir al Comité de Apelación.

Y TRES PARTIDOS / Por su parte, Competición castigó con 9 meses y tres partidos al futbolista del Castuera B que agredió al colegiado del choque ante el Monesterio, de la Segunda extremeña. El encuentro se queda al final con el 0-3 que figuraba en el segundo tiempo del choque.

Tanto en el Comité de Árbitros como en la propia Federación Extremeña habían expresado su preocupació en los últimos días especialmente por los dos episodios de violencia en los terrenos de juego de la comunidad, que casi coincidieron en el tiempo. En ambos casos, fueron los colegiados los destinatarios de la ira de los futbolistas, uno visitante y otro local.

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