Veinticuatro años después, casi dos décadas y media sin nada que llevarse a la boca, España vuelve a disputar unas semifinales de la Copa de Europa de naciones, a estar entre los cuatro mejores; y si entonces lo hizo de la mano de Antonio Maceda, esta vez es Iker Casillas el gran artífice del éxito.

20 de junio de 1984. Estadio Parque de los Príncipes en París. España está empatada a cero con Alemania en el último partido de la primera fase, en una edición de la Eurocopa que entonces se disputaba con ocho equipos.

El empate dejaba a la selección, entonces dirigida por Miguel Muñoz, fuera del torneo. Las maletas ya estaban preparadas para irse a casa, pero en el minuto 90 apareció Antonio Maceda, el defensa del Real Madrid, para cambiar el signo del duelo y provocar una explosión de júbilo en la afición española.

En el último suspiro, un centro desde la banda derecha fue rematado de cabeza de forma espectacular por Maceda. España saltó de alegría. Era el 0-1 y el pasaporte inesperado para las semifinales por segunda vez, desde que en 1964 se hubiese logrado el título. Un gol histórico. La segunda parte de un milagro que empezó con el mítico 12-1 a Malta.

Contra las cuerdas

El empate contra Rumanía en el segundo partido de la fase de grupos (1-1), había dejado a España con pie y medio fuera del torneo. Muy pocos confiaban en un triunfo ante Alemania, a la que le bastaba con un empate para pasar de ronda, pero Maceda dio un vuelco a todos los sentimientos. Cambió la decepción por un estallido de alegría. Como el domingo.

En el recuerdo está la imagen de los jugadores españoles en una piña en el campo celebrando la machada , la cara de asombro de Santillana, el brazo en alto de Carrasco, el banquillo saltando y corriendo, escenas que se pudieron vivir otra vez en el Ernst Happel de Viena tras eliminar a Italia. Las mismas que también se han podido ver en la madrileña plaza de Cibeles y en tantas y tantas en toda la geografía nacional.

Maceda --que comenzó su carrera en el Sporting de Gijón, la culminó en el Real Madrid y llegó a entrenar al Badajoz--, fue también el héroe del duelo de semifinales. El rival fue esta vez Dinamarca, que se adelantó en el marcador por medio de Soren Lerby en el minuto 7.

España acosó, con más corazón que cabeza, a los daneses hasta que irrumpió de nuevo Maceda con un disparo desde el borde del área que batió al cancerbero nórdico. Era el minuto 67. Todavía había tiempo por delante, pero el marcador ya no se movió.

Se llegó a la tanda de penaltis, como en Viena ante Italia, y España hizo pleno (anotaron Santillana, Juan Señor, Urkiaga, Victor y Sarabia), mientras que por los daneses transformaron Brylle, Olsen. Michael Laudrup y Lerby, pero marró Elkjaer. De nuevo el júbilo en las calles españolas.

El error de Arconada

Pero, en la final, Francia fue una muralla infranqueable. España perdió 2-0 en un partido que se recordará siempre por el fallo del portero de la Real Sociedad Luis Arconada en el segundo tanto que marcó Platiní de falta directa. A Arconada se le escurrió el balón entre las piernas.

24 años después, España vuelve a disputar una semifinal de la Eurocopa, pero esta vez con Iker Casillas como principal responsable del logro.

El cancerbero del Real Madrid le ganó un pulso personal a Gianluigi Buffon, su homólogo en la escuadra azzurra , considerado, junto él, los dos mejores arqueros del mundo.

Casillas, al que Luis Aragonés ha definido como un hombre diez, estuvo inmenso. Despejó con habilidad la única y más clara ocasión de los italianos, que fallaron en botas de Camoranesi, y en la tanda de lanzamientos desde los once metros detuvo los dos que han dado a España el billete para semifinales.

De Maceda a Casillas, han pasado ya 24 años para que una selección, la Roja vuelva a saborear las mieles del éxito. Un grupo que no quiere detener su camino y que ya piensa en Rusia, el último peldaño para plantarse el próximo domingo, de nuevo, en el estadio Ernst Happel de Viena. Allí, quiere acabar de un plumazo con todos los viejos fantasmas y renovar la anticuada copa del 64 ganada por el tanto de Marcelino.