Muchas lecturas interesantes está generando estos días la selección española, que nos tiene a todos ilusionados y siguiéndola de cerca. La primera clave que se me ocurre es que Luis Aragonés está recurriendo a los jugones, pero para ello también debe tener un balance defensivo con jugadores como Xabi Alonso o Marcos Senna que están cumpliendo perfectamente con su labor. Gracias a ellos podemos tener la pelota, algo fundamental si queremos ganar los partidos ante rivales más fuertes que puedan venir en las rondas decisivas, como Francia, Brasil o Argentina.

Por eso, y aunque me encanta un centrocampista como Cesc Fábregas, conservaría sin tocarlo el equipo titular que se ha alineado hasta ahora para el partido de octavos de final.

Ante Arabia Saudí el próximo viernes está bien que jueguen los que hasta ahora han sido suplentes. Es un equipo de 23 futbolistas y no creo que haya que descubrir a gente como Raúl, Joaquín o Reyes, que deben estar preparados, dispuestos y motivados por si se les necesita, como ocurrió con los dos primeros para la remontada ante Túnez del pasado lunes.

Está claro que Raúl no ha tenido su mejor temporada, pero siempre ha sido un jugador importante y su gol del empate resultaría decisivo para ganar al final. Le va a venir bien llegar descansado tras pasar mucho tiempo lesionado. Respecto a Joaquín y Reyes, son dos jugadores que tendrían más cabida en el caso de que Luis Aragonés jugase con extremos, pero no está siendo así. Prefiere un 4-3-3 en lugar del 4-2-3-1 que está ahora tan de moda.

Eso sí, utilizar a jugadores de banda siempre debe hacerse cuando las cosas van mal y hay que abrir la lata de defensas que están muy cerradas atrás, como nos pasó ante los tunecinos. Como es habitual en él, Joaquín estuvo muy incisivo y creó muchos problemas a la defensa rival. Ante Arabia tendrá una nueva oportunidad para demostrar que merece más protagonismo.