REAL ZARAGOZA: César; Zapater, Sergio Fernández, Gabriel Milito, "Chus" Herrero; D´Alessandro, Piqué, Celades (Lafita, min.78), Aimar; Ewerthon (Movilla, min.56) y Diego Milito (Oscar, min.85).

REAL MADRID: Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Helguera, Roberto Carlos; Diarra, Emerson (Guti, min.46); Beckham, Raúl (Higuaín, min.46), Robinho (Reyes, min.64); y Van Nistelrooy.

GOLES: 1-0. min.31. Diego Milito, de penalti; 1-1. min.56. Van Nistelrooy; 2-1. min.64. Diego Milito; 2-2. min.89. Van Nistelrooy.

ARBITRO: Undiano Mallenco (Navarra).

El Real Madrid salió vivo de La Romareda, a pesar del empate logrado en el minuto 89 de partido, gracias al empate del Barcelona frente al Espanyol y al del Sevilla, lo que le hace entrar en la última jornada de liga como líder de la clasificación.

Cuando parecía que el Real Zaragoza iba a lograr la victoria emergió el oportunismo del holandés Ruud Van Nistelrooy y la fortuna del conjunto merengue en los últimos encuentros, para forzar el empate casi a la vez que el Espanyol empataba en el Camp Nou y les volvía a convertir en líderes.

El partido no decepcionó a nadie pues hubo fútbol de muchos quilates, algo de mucho mérito cuando concurrían circunstancias tan especiales, ya que ambos equipos necesitaban la victoria.

Ambos conjuntos disputaron una primera parte abierta, con dos equipos sin complejos y sin miedos luchando por la victoria y con una gran entrega física ante una lluvia que no cesó y que dejó el césped de La Romareda muy rápido.

INTENSIDAD Esto lo intentó aprovechar el conjunto maño de salida, con sendos disparos de Ewerthon y de Andrés D´Alessandro, el primero que salió fuera por poco y el segundo que Iker Casillas rechazó con apuros.

El conjunto de Víctor Fernández, contrariamente a lo que había sido su tónica en casa la mayor parte de la temporada, había salido tremendamente concentrado ante un Real Madrid que reaccionó con rapidez por medio de un activo Robinho que engatilló dos disparos en los minutos 11 y 14, el primero atajado por César y el segundo que se marchó fuera por poco.

El equilibrio se había restablecido y además nadie bajaba la guardia, pero daba la sensación de que mientras el equipo de Víctor Fernández no tenía problemas en manejar el balón, algo a lo que está acostumbrado y que cuando no lo hace sufre, el conjunto de Fabio Capello tenía muchos problemas cuando lo recuperaba y no conseguía engarzar algún rápido contraataque.

Esto permitía que el doble pivote no tuviera que desdoblarse a las bandas y ayudaba a cerrar la zona central ahogando así a dos hombres claves como Raúl y Van Nistelrooy.

EL PENALTI El partido, aún así, transcurrió igualado pero siempre con mayor presencia local en el juego y en las cercanías del área madridista.

Gracias a eso llegó el penalti sobre Pablo Aimar de Iván Helguera, sustituto de Miguel Torres, que se lesionó en el calentamiento, en el minuto 31 y que transformó Diego Milito.

Sin embargo, el Real Madrid pudo haber empatado por medio de Van Nistelrooy, cuando ya se jugaba el tiempo añadido, en un cabezazo a bocajarro que salvó providencialmente el meta zaragocista.

Tras el descanso Capello dio entrada a Higuaín y Guti y el conjunto madrileño se adueñó del balón y del juego y ello no tardó en dar sus frutos con el tanto del empate logrado en el minuto 56 por Van Nistelrooy, de cabeza tras un centro de Sergio Ramos.

Sin embargo, el juego no tenía respiro porque el empate les valía de poco a ambos y todos querían más.

Aimar apareció para mostrar su gran clase en el minuto 64 en el que hizo un eslalon espectacular para dejarle el balón a Diego Milito quien, tras un quiebro a sus marcadores, lograba su segundo tanto de la noche.

EL ULTIMO GIRO El Madrid se vaciaba en busca de darle la vuelta al partido y apuraba a un Zaragoza que parecía perder fuelle por momentos y que se encomendó a su guardameta para parar las acometidas foráneas. César le ganó un mano a mano a Van Nistelrooy y paró sendos remates de Sergio Ramos y de Higuaín, pero tanto fue el cántaro a la fuente que acabó rompiéndose cuando el partido finalizaba gracias al delantero holandés, que con su segundo tanto le devolvió la vida a su equipo.