El atletismo español cortó en los Juegos de Atenas una trayectoria descendente al obtener dos medallas y una cifra récord de diez finalistas, cinco meses antes de regresar con el zurrón vacío de los mundiales en sala de Budapest.

La plata de Paquillo Fernández en 20 kilómetros marcha y el bronce de Joan Lino Martínez en longitud, junto a los diez finalistas, sobresalieron en una actuación muy digna de la selección española en los Juegos de Atenas.

Los resultados de la capital griega mejoraron todas las actuaciones anteriores en Juegos Olímpicos con la única excepción de Barcelona-92, donde España, con seis finalistas, consiguió cuatro medallas.

Manuel Martínez, sufrió la mayor decepción de los Juegos. En el solar de la antigua Olimpia, obtuvo el cuarto puesto en peso.

PISTA El atletismo de bolsillo no reportó más que fracasos a España. El equipo español retrocedió siete años en Mundiales en pista cubierta y pasó en doce meses del récord de medallas de Birmingham (seis) al cero de Budapest.

Por equipos, los hombres y las mujeres se cruzaron en el camino. Mientras el conjunto masculino ascendía a la Superliga, el femenino perdía la máxima categoría continental y descendía a Primera.