La subasta del balón con el que David Beckham falló el penalti en los cuartos de final de la Eurocopa 2004 contra Portugal, ha sufrido una espectacular caída al pasar de los diez millones de euros a los 23.650 que figuraban ayer a las 17.30 horas.

Pablo Casal, el aficionado español que consiguió hacerse con el balón del fallo de Beckham, fue multimillonario durante unas horas, pero el sueño se ha desvanecido tan rápidamente como se formó.

El descenso de las pujas ha llevado a Casal a incluir una cláusula, por la cual exige a todo el que quiera pujar por el balón que contacte por correo electrónico con él para pedir acceso a la subasta y envíe por fax un documento de identificación o pasaporte, así como el importe que está dispuesto a pagar.

POSIBLE BROMA Todo puede haber sido fruto de alguna broma, porque a lo largo de ayer un tercio de las ofertas se han ido retirando, siempre las más altas. El desplome fue vertiginoso. Diez millones de euros, nueve, tres, dos y medio, dos millones doscientos mil y... el gran batacazo, 23.650 euros, que sigue pareciendo una cantidad desorbitada para un balón.