Uno de los secretos mejor guardados del Cacereño se encuentra en la portería. Al líder de Tercera sólo le han metido 14 goles en lo que va de año, lo que le convierten en uno de los equipos menos goleados de toda España. Pero eso, no es un secreto, sino una obviedad. El misterio reside en su pareja de guardametas, una dupla con mucha conectividad que comparte algo más que guantes. Camacho ya es un arquero contrastado que ha saboreado superiores categorías. Y por detrás aprieta Juanfran Ortiz, que además de ser competencia es, sobre todo, compañero y consejero: «en el fútbol hay que entender que el bien del equipo siempre será el bien tuyo. Si hoy no juegas, no puedes venirte abajo. Tienes que pelear y exigirte al máximo. Sólo así serás mejor y harás mejor a tu compañero. Quejarse no vale de nada».

Así responde el suplente del Zamora de Tercera ante la falta de minutos en la liga. Juanfran Ortiz es una promesa en la portería, pero por encima de todo, un futbolista de equipo.

Otro concepto de fútbol

El almendralejense está viviendo una de sus temporadas más especiales a sus 22 años. Y todo ello pese a sólo haber jugado un partido: «estoy experimentando otro concepto del fútbol, mucho más profesional. Ahora tienes más responsabilidades, tanto en los partidos como en los entrenamientos. Y eso, particularmente, me está gustando».

Juanfran se ha curtido en las porterías de Azuaga, Díter Zafra y Coria, siendo también antes del Diocesano en División de Honor. Sabe que jugar en el Cacereño de titular se paga caro a día de hoy, por eso se conforma, de momento, con seguir aprendiendo. «Camacho es un tipo fabuloso del que aprendo día a día. Él ya me ha contado que pasó por una situación similar a la mía y que de esto sólo cabe aprender. Yo también le ayudo, eh», espeta. ¿Y cómo lo hace? «Yo conozco bien a los delanteros y rematadores de la liga. En cada partido le comento por donde pueden ir ciertas faltas o incluso los lanzamientos de penalti, en función de quien golpee. En la portería también somos un equipo y sólo así pueden salir bien las cosas».

Llegar los playoff también es algo novedoso para él. Pese a su juventud, demuestra una confianza y una templanza tremenda en sus palabras y sabe que la presión de los cinco puntos sobre el Badajoz la gestiona bien su equipo: «sabemos que si hacemos las cosas bien, seremos campeones».

Su padre es Juan José Ortiz, un mítico jugador de los 80 y 90 que paseó las camisetas de Extremadura, Mérida o Don Benito, entre otros, siendo internacional con España en las categorías inferiores: «De él he aprendido la exigencia. Me hace mejor cada día».