Algún día, con la hemeroteca, la gente del deporte recordará el 2008 como un gran año. Un año redondo. El de la España futbolera que no sólo pasó de cuartos sino que, además, ganó la Eurocopa de naciones demostrando que el arte de Iberia va más allá de los ruedos. Un año redondo en el que emergió como un titán de brazo de hierro un chaval manacorí para ganar Roland Garros, Wimbledon y el oro de los Juegos Olímpicos, ¡Grande Nadal!, ejemplo de tenacidad que también ganó la Ensaladera de la Davis sin siquiera llegar a jugar la final.

2008 redondo en el que otro joven, este asturiano, demostró que se puede ser reconocido como el mejor piloto del mundo sin ganar el mundial de Fórmula 1. Redondos, como el 2008, fueron también las ruedas de las bicicletas de Alberto Contador (Vuelta y Giro), Carlos Sastre (Tour) y Samuel Sánchez (Oro Olímpico), amos y señores que han reinado a su antojo en el reino de los pedales.

Un año tan redondo que el ocho del ocho del dos mil ocho --¿se puede ser más redondo?-- se iniciaron los Juegos Olímpicos más espectaculares de la Historia. Y se pudo ver en Alta Definición a dos extraterrestres que bajaron al tartán y al agua para correr y nadar más rápido de lo que lo nadie había hecho antes.

Pero si Bolt y Phelps nos sorprendieron en los Juegos del Gigante Dormido, los que nos llenaron de orgullo fueron los chicos de la selección española de baloncesto. La, posiblemente, mejor cosecha de baloncestistas de la historia de este país tuteó hasta el sonrojo al Olimpo del deporte de la canasta.

Los americanos adelantaron el Día de Acción de Gracias y, ayudados por los árbitros, se colgaron un oro que bien pudo ser nuestro en la culminación del año del desembarco definitivo de nuestra gente en la NBA, liderados por Gasol en unos Lakers que hasta entonces creíamos El Dorado. Además, ´nuestro´ Calderón ha terminado el 2008 a lo grande, con el récord de tiros libres de un jugador de la NBA en activo. Maravilloso.

Algún día, al mirar atrás y recordar el 2008, los cacereños del basket podremos decir que, antes de que partieran para China, los vimos en el Multiusos, ese mismo Multiusos que definitivamente ha vuelto a latir. Para los que amamos el baloncesto y a nuestra ciudad, el 2008 se ha convertido en un año redondo en el que, al igual que Fernando Alonso, sin haber celebrado ningún título nos hemos sentido unos vencedores. Si en Cáceres el baloncesto había resucitado en el 2007, ha sido en este redondo año 2008 el año que se ha confirmado.

Sin entrar a valorar la cantidad de partidos ganados --mucha más que los perdidos--, la reconquista de la Copa de Extremadura, el retorno del baloncesto cacereño a un categoría de la que nunca debió salir o la vuelta de Paraíso al Multiusos para recibir un más que merecido homenaje, la ´buena nueva´ de balones y canastas del Cáceres 2016 Basket ha ido propagándose con paso firme desde el nuevo Cáceres hasta todos los rincones de la comunidad de Extremadura.

Ha llegado a todos los grupos de edad, desde los recién nacidos bajo el signo del nuevo proyecto, a quienes se homenajeó emotivamente en el pabellón hace algunas jornadas, hasta los peques del Babybasket, o todos los escolares que hemos visitado en este tiempo. Desde los discapacitados, tanto los que vienen a vernos como a los que fuimos a visitar, hasta el nuevo equipo de silla de ruedas, que son ya de la familia, pasando por los abogados de la ciudad, con los que leímos, representados por Diego Guaita, la Declaración de los Derechos Humanos.

Un 2008 en el que, además de baloncesto los viernes batiendo récords de asistencia, hubo tiempo para campus de verano, galas solidarias por Guinea Bissau y un sub 20 que se sintió campeón por primera vez, por citar algunos ejemplos, hemos conseguido nuestro mayor logro: ganarnos el título de embajador reconocido de la región, no sólo representando a nuestra ciudad para que en ocho años sea la capital cultural de Europa, sino a todos los extremeños al poder pasear orgullosos la Marca de Extremadura por España. Mirando atrás, podemos alzar la frente al proclamar que en un proyecto impulsado, dirigido y preparado por extremeños han debutado entre Leb Oro y Plata, once jugadores nacidos y criados en Extremadura.

Sin embargo y, pese a todo, lo mejor es que el 2008 no ha sido sino el principio y desde Cáceres, Extremadura, estamos creando un proyecto duradero, para que todos y todas nos sintamos partícipes de él y que, algún día, al mirar hacia atrás, podamos decir a las nuevas generaciones que el 2008 fue el primer año redondo de una época redonda.