Jaime Lissavetzky pasa por ser el padre de la ley contra el dopaje en España. "Aquí no se tapa nada". Conoce el mundo de la farmacología por su condición de químico. Ha sido el primer español en formar parte del comité ejecutivo del AMA. Y es, además, el representante de la Unión Europea en la agencia mundial. Estas son, en su opinión, las medallas --como si fuera una competición-- que avalan el hecho de que España ha dejado de ser ese territorio libre, como si fuera un paraíso fiscal, en el mercado negro de todo tipo de sustancias prohibidas. "España ya no es ahora el oasis del dopaje en Europa", repite el Secretario de Estado para el Deporte.

"En Europa nos felicitan por el trabajo duro y complicado que estamos realizando en España en la lucha contra el dopaje. Cuando accedí al cargo me di cuenta de que había algo que no funcionaba. Había muchos medicamentos con productos dopantes que se vendían libremente en las farmacias. Por eso, enseguida, y antes de sacar la ley contra el dopaje, fue importante firmar un convenio de colaboración con el Ministerio de Sanidad para que se prohibiera la venta, entre otros fármacos, de la hormona del crecimiento y que solo se permitiera la distribución de la EPO en unidades hospitalarias".

Bajo el mandato de Lissavetzky se realizó la acción policial más importante en la lucha contra el dopaje, la operación Puerto, todavía no resuelta por el vacío legal que existía en el 2006, en el año de la intervención de la Guardia Civil. "Ya llevamos unos cuantos años trabajando con la Interpol. Hay gente en la cárcel y médicos inhabilitados. Ahora se trata de conseguir que los deportistas que hayan dado positivo puedan colaborar con la Justicia. Detesto que se les considere chivatos. Ni mucho menos, porque tras sus declaraciones a la policía pueden caer redes que viven del negocio del dopaje. Y en este sentido, la ley española es implacable y muy dura contra el entorno ayuda al deportista a doparse".

Por eso se congratula también de que la actual edad de oro del deporte español hayan llegado después de que "la palabra dopaje y sus consecuencias entrasen por vez primera en España en un Consejo de Ministros".