Le costó lo suyo, pero al final consiguió el bien más preciado. No podía marcharse al hotel sin ese premio. Acabó el partido y David Villa se fue como un poseso a por el balón con el que había marcado los tres primeros goles de España en la Eurocopa. Pero el árbitro austriaco Konrad Plautz no se lo puso nada fácil. Lo intentó una vez y no lo consiguió. Lo probó de nuevo con Xabi Alonso y Reina de mediadores hablando inglés y se acercó a su objetivo. Siguió insistiendo, pidió ayuda a los delegados de la UEFA y se llevó su preciado tesoro.

Villa se fue a dormir como el hombre más feliz del mundo. Demostró que en las grandes citas el gol en España es cosa suya. Torres tiene todo el glamur y la fama, pero la eficacia lleva sello asturiano. No es que el astro del Liverpool jugara mal, pero Villa estuvo colosal. Dejó en evidencia a los que dudaban de él y dio la razón a sus defensores, empezando por Aragonés. Ningún jugador español había hecho un triple en un gran torneo desde que Michel marcó 3 goles a Corea del Sur en el Mundial de Italia-90.

Abrazo con Torres

El guaje ya es el pichichi de la Eurocopa. En las primeras apuestas ni siquiera entraba en el equipo titular. La superpoblación de centrocampistas de toque llevó a Aragonés a decantarse por un 4-5-1 en varios partidos, con Xavi, Iniesta y Cesc como ejes de la creación. Pero en el fútbol el gol es siempre el protagonista. Y esa palabra la conoce muy bien Villa, un seguro en el área. Con los tres goles de ayer superó a Torres como pichichi de la roja (lleva 16 tantos en 32 partidos; el Niño acumula 15 en 49).

Su sonrisa en la conferencia de prensa le delataba. "Ha sido el mejor partido de mi vida, pero no tenemos nada hecho", dijo el siete de España, el jugador que se ha enfundado el número favorito de Raúl, que vio por televisión la exhibición del asturiano. "Me he quedado con el balón, pero he tenido un poco de lío con el árbitro", añadió el punta, que se acordó de su compañero de ataque, que no encajó bien el cambio. Villa no solo se abrazó con Torres tras el tercer gol, sino que le defendió. "Se dice que Fernando no está acoplado y que le cuesta jugar con la selección. No es cierto. Me ha dado el primer gol y me ha abierto espacios en el segundo. No quiero verle triste".

No hay duda de que Villa ha llegado a la Eurocopa un peldaño por encima de sus compañeros. Se le ve más fresco, más rápido, tras superar pequeñas lesiones, entre ellas la que le impidió jugar el duelo ante Dinamarca de la fase de clasificación, en la que también fue el máximo goleador de España con seis.

Aragonés tampoco pasó por alto el excelente partido Villa. "Es buenísimo para nosotros que haya empezado así. Ha hecho tres y podría haber marcado alguno más. El gol viene por rachas y él está en un buen momento, pero tenemos otros dos delanteros que pueden dar mucho".

El técnico quiso mantener la calma. Aún no se ha hecho nada. También se ganó en el debut del 2004 y España no pasó ni la primera fase. Tampoco la historia invita demasiado a la euforia. Al contrario. "Hemos tenido fortuna, en la primera parte los rusos nos podrían haber marcado un gol", dijo.

Mientras, en España se vivió con gran alegría el triunfo contundente. Y en Extremadura las celebraciones fueron sonadas, en distintos lugares, como Cáceres, aunque lo mejor puede estar por llegar.