El Cáceres 2016 recibe hoy al Básquet Mallorca en un horario atípico, las 12.30 horas (Multiusos Ciudad de Cáceres), en la que es la segunda ´prueba´ de Gustavo Aranzana ante su público, al que vuelve a pedir "fidelidad absoluta" con el equipo con el objetivo de convertir el Multiusos en un "fortín". "Tenemos que ser un equipo duro en casa, que los que vengan a jugar aquí sepan que es muy difícil ganarnos y que para hacerlo tendrán que jugar muy bien", aseguró ayer el técnico del equipo cacereño.

El Cáceres ha vivido una atípica semana que no le ha permitido entrenar con toda la tranquilidad que debiera. Las indisposiciones de algunos jugadores por gripe, pero sobre todo la ocupación de la pista principal del Multiusos por la selección femenina de balonmano, no ha permitido a Aranzana desarrollar su trabajo con tranquilidad. "Los entrenamientos más importantes, los de los dos días previos al partido, los hemos tenido que hacer en la pista auxiliar, que es como si un equipo de fútbol entrena con porterías de balonmano", explicó Aranzana, que aún así dejó muy claro que no son excusas y que hoy "hay que ganar porque es un partido trascendental, muy importante".

UNO CONTRA UNO El Cáceres 2016 se va a encontrar a un Mallorca que llega sin presión después de haber ganado dos partidos en menos de una semana. De hecho, el entrenador mallorquín, Xavi Sastre, ha asegurado que en el partido de hoy tiene "poco que perder y mucho que ganar", lo que sin duda los convierte en un rival más peligroso.

Aranzana espera un partido en el que predominarán más los uno contra uno que el juego táctico ante un Mallorca que defiende bien y al que le gusta correr al contrataque. "Será un partido de jugador, sin muchos sistemas, por lo que deben tener claro que debemos ser superiores en cada emparejamiento", dijo.

Alex González, con una torcedura de tobillo durante el último entrenamiento, será la única duda de Gustavo Aranzana, que aseguró que ve al equipo cada día mejor, aunque sin llegar al punto de entendimiento con la plantilla que a él le gustaría.

"Me da mucha seguridad la actitud de los jugadores, cada día se dejan la piel, tanto en los entrenamientos como en los partidos, y eso es lo que yo les pido", indicó. Pero añadió que aunque "hay conceptos que ya se van entendiendo, me falta tiempo para cambiar hábitos". Otra de las quejas de Aranzana fue la falta de comunicación dentro de la cancha --"al equipo le cuesta comunicarse", dijo-- y entre él y los bases. Entre los matices que el vallisoletano quiere mejorar está la toma de decisiones. "Es muy mala, tanto en defensa como en ataque", recalcó, a la vez que reconoció que lleva tiempo que el equipo juegue de memoria. "Estamos trabajando bien y creo que podemos encontrar los mecanismo necesarios", concluyó.