15.57 horas del domingo, aledaños de la entrada principal del estadio Francisco de la Hera almendralejense. Un taxi penetra en la zona de seguridad y de él bajan tres personajes trajeados. Son el árbitro del partido previsto para apenas una hora después entre el Extremadura y el Tomelloso y sus asistentes. Se apresuran a entrar en el recinto tras saludar formalmente. Pregunta para el taxista. Respuesta: "Me han llamado desde la Cruz Roja y les he recogido en el puesto. No le puedo decir otra cosa. Soy el taxista que está de guardia".

Miembros de la Cruz Roja de servicio en el propio estadio confirman estos datos. "Estábamos en el puesto cuando hemos visto llegar andando por el arcen de la carretera a tres personas con trajes y maletas. Nos ha sorprendido porque la ciudad está a bastante distancia para un recorrido a pie. Nos han dicho que si les podíamos pedir un taxi porque les habían dejado en un restaurante cercano y creían que estaban más cerca de Almendralejo. Y lo hemos hecho. El taxi ha llegado, se han montado y poco más".

Un consejero del Extremadura se interesa por el tema y recibe como respuesta del propio árbitro el siguiente argumento: "Dice que en los estadios que no están cerrados (¿?) no le gusta llevar el coche". Pero Jesús Martín Santana Ponce, el personaje en cuestión, ya ha estado en Almendralejo con anterioridad y ha dejado su vehículo en una zona de seguridad en los aledaños del estadio. Como en Cáceres, como en Jerez...

Terminado el partido, y su particular show , le solicita al delegado de campo que le pida un taxi. No hace falta, miembros de la policia que se encuentran allí se ofrecen para llevarlo a las afueras de la ciudad donde supuestamente está el vehículo del onubense.

Y se va en el coche policial. Un número este Santana.