Solo necesitaron hablar 15 minutos. Lance Armstrong llamó a su extécnico Johan Bruyneel. Había terminado de cenar en el hotel de Logroño, donde el conjunto Astana de Alberto Contador descansaba tras la 10 etapa de la Vuelta. "Johan. Me siento corredor. Vuelvo a disfrutar de la bici. Y me gusta".

Fue entonces cuando el director belga que lo acompañó en sus siete triunfos en París comprendió que todos los rumores, todas las noticias sobre el retorno de la estrella estadounidense eran ciertas. Ni fue necesario que le abriera las puertas de su equipo porque jamás las ha tenido cerradas. Ayer por la tarde, en Burgos, donde finalizó la 11 etapa de la ronda española, Bruyneel se puso en contacto con los patrocinadores de su escuadra. El retorno del último gran campeón del ciclismo en el 2009 ya es un hecho.

Armstrong ya ha convocado una conferencia de prensa en Nueva York para el miércoles 24 de mayo. Allí explicará sus planes, que pasan por disputar la Vuelta a California en febrero, la París-Niza (su gran retorno a Europa) en marzo, la Lieja-Bastogne-Lieja en abril, el Dauphiné Libéré en junio y, por supuesto, el Tour, en julio. "Si acepta las reglas antidopaje podrá participar en nuestra carrera", fue la escueta reacción de Christian Prudhomme, director general de la ´grande boucle´ que, en ningún momento, celebró el sorprendente anuncio del tejano.

TENSA RELACION El Tour y Armstrong rompieron toda relación cuando el diario L´Equipe, en agosto del 2005, sembró dudas sobre sus siete victorias al acusarlo de dopaje en 1999, en su primer triunfo. A partir de entonces, el estadounidense rechazó cualquier invitación y gesto de los organizadores franceses. En el 2007, la televisión francesa trató de esconder las imágenes de Armstrong en el coche de Bruyneel a la estela de Contador en la contrarreloj final de la prueba.

Armstrong, que cumple 37 años el día 17, lleva tres alejado de la alta competición, un periodo en el que ha seguido practicando deporte intensamente (ha disputado el maratón de Nueva York en dos ocasiones). Hace unos meses decidió prepararse para la Leadville Trail 100, una exigente carrera de bicicleta de montaña que se celebra en el estado de Colorado con más de 3.000 metros de desnivel. Para ello, necesitó sacarse la licencia de corredor y firmar los protocolos antidopajes que exigían las autoridades deportivas de su país. Terminó la prueba en segunda posición. Y fue allí donde recuperó el gusanillo del ciclismo. "Si vuelve, lo hará a un gran nivel y la edad no será un impedimento para él", argumentó Oscar Freire, tras ganar ayer la etapa de la Vuelta.

El anuncio, de todas formas, cogió por sorpresa al Astana, en plena preparación para las dos decisivas jornadas de montaña de la Vuelta en Asturias. Bruyneel está tratando que nada desestabilice a su escuadra y, sobre todo, a Contador, con quien Armstrong deberá compartir galones en el 2009.

Por eso, ayer, se miraba con lupa cualquier mueca del corredor madrileño y se analizaban minuciosamente el tono y las palabras de sus declaraciones. Así, el comentario de Contador --"si voy al Tour es para ganarlo"-- suscitó todo tipo de comentarios. "Armstrong no tendrá ninguna objección para ponerse al servicio de Alberto. Es algo que tengo clarísimo", defendió Bruyneel, que por nada quiere que el anuncio del tejano se convierta en una bomba de relojería o altere el estado de ánimo de Contador en su afán por hacer historia en esta Vuelta y convertirse en el cuarto corredor después de Anquetil, Gimondi, Merckx e Hinault, que gana las tres grandes.

ENFADO DE LA VUELTA A la Vuelta tampoco le ha hecho gracia el anuncio de Armstrong, ya que entiende que debería haberse esperado al fin de la prueba y porque le preocupa que la situación desestabilice a Contador, su mejor reclamo, junto a Carlos Sastre y Alejandro Valverde.

Armstrong no contempla su regreso por cuestiones económicas, lo hace por su orgullo, porque sueña con el reto del octavo Tour y para vincular su retorno a su programa de lucha contra el cáncer, la enfermedad que superó en 1996.

"Como ciclista no lo entiendo. Pero bienvenido sea", comentó Valverde. "Es una buena noticia para el ciclismo y para su repercusión mediática", añadió Samuel Sánchez, el campeón olímpico que ayer también visitó la ronda española en Burgos.

El ganador de la etapa de ayer, Oscar Freire, al respecto del regreso de Lance Armstrong, ha considerado que es "una noticia bonita e importante". "Es muy testarudo y cuando se le mete algo en la cabeza lo hace. No creo que la edad sea un impedimento para que vuelva. Y seguramente regresará a gran nivel", apuntó.

Otro ciclista español, Samuel Sánchez recalcó que "el regreso de Armstrong es positivo. Todo lo que sea atraer adeptos, casas comerciales y aficionados viene bien. Si vuelve será por algo. Habrá hecho sus pruebas y si disputa el Tour es para ganarlo".