ESPAÑA: Sterbik; Alberto Entrerrios (4), Víctor Tomás (3), Julen Aguinagalde (7), Ugalde (2), Iker Romero (9) y Chema Rodríguez (3) -equipo inicial- Carlos Prieto (0), R. Entrerrios (0), Juanín García (0), Malmagro (1), Aguirrezabalaga (0), Viran Morros (1) y Garabaya (1).

SUIZA: Stauber; Liniger (3), Ursic (2), Schmid (9), Graubner (2), Scheuner (1), Oltmanns (1) -equipo inicial- Kurth (1), Vukelic (4), Ramseier (1) y Schelbert (0).

ARBITROS: García y Pastor. Bien.

MCCM: 3-3, 6-5, 7-6, 9-8, 12-9, 15-12 -descanso- 16-13, 20-16, 21-17, 25-20, 26-22 y 31-24 -final-.

España tuvo ayer aroma de Romero. Iker tiró del carro con un partido espectacular en el que marcó nueve goles. Pero el jugador del Barcelona no estuvo solo, tuvo como escuderos a dos integrantes del Ciudad Real, Julen Aguinagalde, muy acertado desde el pivote y Arpad Sterbik, que hizo la portería más pequeña.

Aunque el partido fuera a la misma hora de la merienda del viernes, todas las peritas en dulce se las comieron ante Brasil... salvo que se pueda volver a llenar la cesta hoy frente a Rumanía. La selección de Valero Rivera ganó a Suiza por 31-24, logrando al final la máxima diferencia de un choque en el que chocó con un buen meta como Pascal Stauber, una compacta defensa y la más moderna navaja suiza multiusos, Andy Schmid, autor de nueve pinchazos.

Los bronceados olímpicos de Pekín sólo estuvieron al filo de la navaja en los primeros 8 minutos, cuando llegaron a ir perdiendo por 3-4. Después, otro gol de Julen por aquí, varias acciones de Iker por allá y una parada de Arpad de siete metros situaron un 9-6 más real.

Lejos de rendirse, los suizos siguieron a su ritmo, aprovechando el frío inicio español para volver a poner apretado el electrónico, hasta que Iker Romero y el primer gol de Víctor Tomás dejaron el descanso en 15-12.

Los segundos treinta minutos fueron igual de intensos. España se había encontrado a un rival que no le hablaba de usted y eso beneficiaba el espectáculo y la propia preparación del combinado para el europeo de Austria, en el que es importante corregir errores y seguir avanzando.

Víctor Tomás, que demostró entender mejor el lenguaje portugués que el alemán, marcó dos goles más a su cuenta particular con la espectacularidad que caracterizan sus acciones, aunque la selección no pudo correr como lo hizo el día anterior y eso disminuyó su acierto ofensivo.

Al final, 31-24 para disfrute de una grada con demasiados asientos vacíos. España y Rumanía cerrarán hoy un torneo que permanecerá durante años en el recuerdo de todos los extremeños que lo disfrutaron.