'El brazalete maldito' podría ser perfectamente el título de una película de miedo o un libro de terror, pero no, es una situación vivida en el seno del Arroyo.

Cada semana los jugadores van llenando la enfermería. Y en el vestuario se cree firmemente que es una maldición. Aunque quizá solo sea una desdicha, o simplemente casualidad, pero lo que sí es cierto es que cada jugador que ejerce como capitán del equipo acaba lesionado. El primero en caer fue Santi Polo, después Nando, luego Bayón, y en la última jornada le sucedió a Capó.

Este cúmulo de infortunios ha llevado a los jugadores a quemar, literalmente, el brazalete de capitán. Sucedió en el último encuentro ante el Villanovense, el pasado domingo (1-1).

Hoy, en el partido que enfrentará al Arroyo contra el Linares en la Copa Federación (20.45 horas) se desconoce quién será designado como capitán. En la ida los extremeños vencieron 1-0, un resultado que intentarán hacer bueno para pasar ronda.

Si supersticiones como la quema del brazalete, tocar madera, o cruzar los dedos permiten que el conjunto ajedrezado mantenga la categoría, bienvenidas sean.