David Arroyo confirmó ayer el mejor momento de su vida. Subió al podio del Giro, ayer en la Arena de Verona. Salvó en la contrarreloj final de la ronda italiana --ganada por el sueco Gustav Larsson-- la segunda plaza de un podio por el que luchó con ahínco, puesto que ese fue su objetivo, más que la victoria en la propia carrera, desde que se vistió de rosa hasta que perdió la maglia tras un excepcional descenso del Mortirolo.

Arroyo acompañó a Ivan Basso, en la segunda victoria del italiano, su primer éxito después de confirmar su pertenencia a la trama de la operación Puerto , arrepentirse de haber hecho uso del dopaje y cumplir dos años de castigo. El Tour será su próximo objetivo, aunque allí se encontrará con una oposición más fuerte que en su país.

Arroyo ha vivido este Giro como un sueño. "Mis amigos y mi familia han hecho posible que fuera creyéndomelo día a día y por eso he podido subir al cajón de una gran carrera". Hoy le espera un gran recibimiento en su Talavera de la Reina natal, donde ya era uno de los deportistas más ilustres, junto al piloto Alvaro Bautista, con el que practica mountain bike . Cada vez que la Vuelta ha llegado a su ciudad, el recibimiento a Arroyo, aunque estuviera entre el público, ha sido apoteósico.

ESTILO ´WALKO´ La segunda plaza de la general del Giro la ha conseguido al estilo Walko , término usado desde que Roger Walkowiak ganó el Tour de 1956 gracias a una fuga consentida por las estrellas de la carrera. Doce minutos le concedió Basso y su equipo a Arroyo en la etapa de L´Aquila, recompensa que lo catapultó hacia el podio y que obligó al conjunto italiano a emplearse mucho más a fondo de lo previsto para desplazar al ciclista castellano de la primera plaza de la clasificación.

Este podio puede suponer un cambio en el rumbo de la vida deportiva de Arroyo. Hasta ahora era el principal apoyo en la montada de Alejandro Valverde, que aguarda la decisión de la UCI de universalizar o no el castigo de suspensión que pesa sobre él en Italia. La fortaleza mental que ha demostrado para pelear por una general le hace jugar a Arroyo a partir de ahora un papel más protagonista en el Caisse d´Epargne.