Un asturiano, que es campeón olímpico, que está magullado de pies a cabeza por la caída del jueves a los pies del Marie Blanque, puede dar hoy al conjunto vasco del Euskaltel el primer podio del Tour, una hazaña que en el 2001, en el debut del conjunto naranja en la ronda francesa, se intuía como un sueño imposible.

Pero para Samuel Sánchez no hay nada inalcanzable. Ha sido el tercer mejor hombre en subir las montañas de este Tour. Por eso está como está en la general. Ha sido más fuerte que Denis Menchov, al menos 21 segundos más rápido, por ahora, en la ruta hacia París. Y hoy se juega su suerte en una especialidad, la contrarreloj, que no domina mal si la distancia es algo más corta. Cuenta incluso con victorias en la Vuelta.

En su contra, su estado físico, un dolor en el hombro que puede acentuarse con la posición propia y común de las contrarrelojes. "El tiempo que le llevo a Menchov podría ser escaso. Hasta ahora él siempre ha conseguido mejores resultados que yo en este tipo de etapas".

Cita con la historia

A favor, la superioridad con Menchov que ha demostrado en todo momento. Por ejemplo, el jueves en el Tourmalet. Atacó en la parte final cuando vio que el ruso flaqueaba. Y lo hizo estando dolorido y hasta temeroso de estar lesionado y con algún hueso roto por la caída del principio de la etapa.

Hoy tiene una cita con la historia. Participar mañana en un podio final del Tour escoltando a un compatriota de amarillo. Lo que nunca se ha visto en los Campos Elíseos. El Tarangu Fuente todavía acompañó a Luis Ocaña (1973) en el Parque de los Príncipes y el tramposo olvidado de Floyd Landis impidió a Carlos Sastre pisar el podio de París y a Oscar Pereiro hacerlo en la primera posición (2006).