TEtl caso es quejarse, el caso es no aceptar lo que tenemos y siempre mirar un poco más allá de donde realmente estamos poniendo el pie, a lo que a mí me gusta llamar "cagar fuera del tiesto" No soy de dar lecciones de vida, ni decir por dónde van los tiros de este juego, porque sinceramente aquí cada uno anda por donde quiere, por donde puede o por donde le dejan ¡Qué más da!

Pero al parecer, el caso es quejarse, y eso sí que no lo soporto. Leí hace poco que pensar en salir a correr quema del orden de entre 0 y 0 calorías, algo lógico, y tan parecido a la vida misma. Todo está contaminado de ideas, y bien digo, de ideas. Y bien reitero, contaminado.

El caso es quejarse, pero no mover un dedo para cambiarlo. Gastamos energías innecesarias y tiempo en esas ideas, en esos grupos de café que solucionan el mundo mientras gastan servilletas, las hacen una pelota y las tiran indignados no sabemos con quien, no sabemos por qué, pero menudo cabreo que tienen. Se levanta la sesión, y las ideas se quedaron en el suelo, para que quienes vuelvan allí, sin darse cuenta, las pisoteen. Entienden lo que les decía antes de la contaminación... pues eso.

Le doy el último sorbo a mi café, que ya está casi frío, porque entre atender a ese "máster" exprés de economía y política, y realizar la buena acción del día... Vuelvo al asiento 12 y solo me sale decir eso, que el caso es quejarse, desde el asiento, desde lo cómodo.

Y si vamos pensando en hacer algo, en movernos, en pasar a la acción. Vengo de un sitio donde todo el mundo hace algo por mejorar, pero no por ellos, sino por su alrededor. Mantener los ojos abiertos y pensar en pequeño, pensar en esos pequeños "alrededores" y en que si cada uno hacemos un poquito por el nuestro, quizás todo empiece a funcionar un poquito mejor. No critico la queja, pero si la actitud ante ella. No soporto la pasividad, el conformismo, el yo más y mejor desde el asiento...

Los soñadores nunca dejarán de serlo, porque desde su ambición inician el cambio.