El Plasencia Galco tiró por la borda un partido que tenía totalmente controlado y que al final terminó en el bolsillo del Calefacciones Farho Gijón. Los asturianos pusieron el empeño necesario en los momentos de la verdad y con esa insistencia fueron capaces de darle la vuelta a una tortilla que ya saboreaba el cuadro de Dani García.

Los placentinos llegaron a ir ganando de 18 puntos en el transcurso del segundo cuarto. Pero en el descanso, Joaquín Prado, entrenador de los asturianos, reavivó a sus jugadores, que salieron con mucha más mordiente y con una defensa que atascó literalmente a los locales.

Un parcial de 0-13 nada más volver a pista volvió a meter al Gijón en el encuentro. Otro dato elocuente fue la actuación de Jorge Lledó, que llevaba 16 puntos al descanso y que en los dos últimos cuartos sólo logró una canasta.

En el inicio del partido fue precisamente el alero murciano el que llevaba la batuta, especialmente en ataque. Los jerteños abrieron ligeras diferencias desde los minutos más tempraneros. En los diez minutos del primer cuarto, el Gijón todavía plantaba cara, a pesar de irse con una desventaja de tres puntos al segundo acto (21-18).

Cuando perdería la cara al partido sería en el regreso a la pista. El Plasencia salió como un huracán y Lledó seguía imparable. Cuando ya se habían jugado doce minutos, el murciano sumaba la mitad de los puntos de su equipo (14 de los 28 de su equipo).

Las diferencias comenzaban a ser más sustanciosas, con un Gijón derbordado y un Plasencia dirigido magistralmente por Rodrigo San Miguel, que a la postre sería el máximo anotador del partido con 21 puntos en su casillero particular. La máxima renta llegó a falta de dos minutos para el descanso, cuando el electrónico exhibía un favorable 43-25.

Unas imprecisiones de los locales antes del descanso fueron aprovechadas por los de Prado para cortar algo la hemorragia.

´PAJARA´ EN EL REGRESO En la segunda mitad, el Gijón salió con una defensa muy intensa y dura, bordeando el límite de la legalidad en muchos momentos, hicieron que el Plasencia se quedara en sólo seis puntos en el cuarto. Todo quedaba pendiente del último periodo, una vez que la ventaja ya se había difuminado (49-48).

El Gijón dio continuidad a su buen momento, no le tembló la muñeca a pesar de la presión ambiental y el Plasencia cedió pronto la cabeza para no volverla a recuperar hasta el final.