REAL MADRID: Iker Casillas; Lass Diarra, Sergio Ramos, Cannavaro, Heinze (Salgado, m.56); Gago, Guti (Higuaín, m.56), Marcelo, Robben; Raúl (Van der Vaart, m.83) y Huntelaar.

ATLETICO DE MADRID: Leo Franco; Heitinga (Perea, m.79), Ujfalusi, Pablo, Antonio López; Camacho (Maniche, m.68), Assunçao, Simao, Maxi Rodríguez (Sinama, m.60); ´Kun´ Agüero y Forlán.

GOLES: 0-1, m.38: Forlán. 1-1, m.57: Huntelaar.

ARBITRO: Fernández Borbalán (Colegio Andaluz). Mostró cartulinas amarillas a Míchel Salgado (68) y Gago (85) y a Assunçao (84).

El Atlético perdonó al Real Madrid en el Bernabéu, estadio en el que amplió su maldición obteniendo un escaso botín ante su eterno rival, al que deja al borde del precipicio en una semana en la que se juega la temporada, a seis puntos del Barça y obligado a remontar en Anfield.

Tendrá pocas ocasiones mejores el Atlético para vencer un derbi. Diez años de maldición le persiguen en encuentros en los que no gana ni cuando es superior, como hizo ayer. Pero se marchó lamentando las claras ocasiones falladas y quejándose del gol rival en fuera de juego y de un penalti no señalado cuando el partido se agotaba de Sergio Ramos sobre Agüero.

El sabor único de un derbi. El sentimiento de una vieja rivalidad entre dos enemigos. Un duelo de tanta intensidad que, normalmente, aparca el buen fútbol y, en la batalla, la máxima entrega obtiene premio. El Atlético acudió al Bernabéu con ese plus de fuerza en cada acción, para trabajar el derbi, ir posicionándolo de su parte con el paso de los minutos y acabar perdonando al Real Madrid.

ROBBEN DESESPERA La temporada del Madrid se puede finiquitar en una semana en la que se juega un año. La épica de Anfield en Liga de Campeones, condujo a Juande Ramos a repartir esfuerzos. Pensó en reservar jugadores y se equivocó en el nombre. Sentó a Gonzalo Higuaín.

La debilidad muscular de Robben apuntaban a su suplencia. No fue así. Jugó y desesperó a todos sus compañeros y a 78.500 aficionados madridistas. El futbolista más desequilibrante genera hastío por su egoísmo.

La famosa debilidad rojiblanca en defensa la intentó aprovechar Juande con dos extremos: Robben y Marcelo. Consiguió que en la línea plana madridista, el brasileño fuese el más brillante, pero siempre se estrelló ante la figura de Leo Franco.

Instalado en su mejor versión en los últimos partidos, el portero argentino salvó dos disparos de Robben (minutos 12 y 22), y un zapatazo con rumbo a la escuadra de Marcelo. Esas ocasiones producidas tras errores atléticos provocaron los silbidos al jugador que más desborda.

Kun era la referencia ofensiva atlética. Dio una lección a Robben sobre la forma de leer fútbol. Tras un rápido contragolpe sacado por Ujfalusi, aprovechó la ausencia de los centrales blancos, para beneficiarse de la inocencia de Gago, que no tiró el fuero de juego, desplazarle a la banda y servir en bandeja el gol a Forlán, que fusiló a Casillas.

Solo había chutado a puerta una vez el Atlético --Maxi desviado en el minuto 29-- pero daba sensación de superioridad ante un Madrid sin intensidad, que se reflejaba en la impotencia de Guti al no encontrar el pase.

Corrigió con rapidez Juande sus errores. A los diez minutos de la reanudación, viendo que la dinámica era la misma, tras perdonar Maxi el segundo, apostó por Higuaín que salió al rescate.

El delantero argentino cambió el ritmo de juego del Madrid. Nada más salir conectó con Huntelaar, en fuera de juego a espaldas de Antonio López, que superó por alto a Leo Franco.

Se acabaron las estrategias de los dos entrenadores y los dos equipos se desafiaron en un duelo de ida y vuelta que pudo caer de cualquier lado.