El estadio Vicente Calderón vivirá hoy (20.00 horas, PPV) un nuevo capítulo del apasionante derbi entre Atlético y Real Madrid, un duelo con pronóstico incierto, en el que ambos equipos enfrentarán sus altas aspiraciones de esta temporada y que afianzará al ganador entre los mejores de la clasificación.

Ni siquiera los últimos precedentes, con superioridad madridista y ninguna victoria del Atlético desde hace nueve años; ni la diferencia en la tabla, cuatro puntos y dos puestos a favor de los blancos; ni la irregularidad de los rojiblancos en las últimas fechas ofrecen un favorito claro en el partido.

El derbi es otra historia. Es un encuentro esperado por ambas aficiones durante todo el año, un partido marcado en rojo en el calendario de cada equipo, porque hay en juego algo más que tres puntos, en este caso fundamentales en el objetivo del Atlético de no descolgarse demasiado del grupo de cabeza de Primera División y en el del Real Madrid, para seguir instalado en ese grupo en el inicio de una semana importante con la visita al Juventus turinés.

No es el mejor momento para el equipo rojiblanco. Dos derrotas seguidas en Liga, la última un alarmante 6-1 en el Camp Nou, su mayor goleada encajada fuera de casa en 41 años, obligan a reaccionar al grupo del mexicano Javier Aguirre, necesitado de un triunfo balsámico tras el varapalo sufrido en Barcelona.

El Atlético, que sólo ha perdido uno de sus cinco partidos oficiales en su estadio de esta campaña, recupera buena parte de su artillería para el derbi, con la vuelta del uruguayo Diego Forlán y los portugueses Maniche y Simao Sabrosa, ya restablecidos de sus lesiones, al igual que el griego Seitaridis.