ATLETICO: Moyá; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Raúl García, Gabi, Mario, Koke; Griezmann (Raúl Jiménez, m. 60) y Mandzukic (Saúl Ñíguez, m. 64).

EIBAR: Xabi Iruretagoiena; Bóveda, Albentosa, Raúl Navas, Abraham; Errasti, Dani García (Saúl Berjón, m. 82); Capa (Nieto, m. 62), Arruabarrena (Manu del Moral, m. 73), Javi Lara; y Angel.

GOLES: 1-0, m. 11: Miranda. 2-0, m. 25: Mandzukic. 2-1, m. 34: Abraham .

ARBITRO: Eduardo Prieto Iglesias (C. Navarro). Amonestó a los locales Mario Suárez (m. 54) y Koke (m. 64).

INCIDENCIAS: El presidente de la federación entregó el trofeo de campeón de Liga.

La estrategia, con dos cabezazos del brasileño Joao Miranda y el croata Mario Mandzukic, transformaron un partido inquietante en victoria para el Atlético de Madrid, un triunfo infinitamente mejor en el marcador que en el juego y con dosis de sufrimiento hasta el final ante un competitivo Eibar (2-1).

En un día de fiesta en el Vicente Calderón por la entrega del trofeo de campeón de Liga de la pasada temporada, ganado el 18 de mayo, el encuentro del conjunto rojiblanco transcurrió por debajo de las expectativas, aún sin el funcionamiento del pasado curso y agarrado a las acciones a balón parado para superar al equipo vasco.

Porque el Atlético no necesita apenas nada para tomar ventaja en el marcador. No sucedió nada en el primer cuarto de hora, nada más que algún detalle, como un precioso sombrero de Griezmann, algún amago ofensivo del Eibar y el gol del equipo rojiblanco, en una nueva acción de esa estrategia tan productiva para los madrileños. A pelota parada, como ya ocurrió la pasada campaña, el Atlético maneja una amplia variedad de recursos y golpea con una eficacia letal, como confirmó en el minuto 11, cuando el partido se limitaba a jugadas irrelevantes en uno y otro área, hasta que Koke botó un saque de esquina perfecto y Joao Miranda cabeceó el 1-0.

O como ratificó una vez más en el minuto 25, en un lanzamiento de falta de Gabi, tocada con sutileza al borde del área pequeña, donde el croata Mario Mandzukic transformó su segundo gol en cuatro duelos oficiales con el Atlético. Pero el Eibar aún tenía algo que decir. Acortó distancias y achuchó hasta el final.