El equipo español de Copa Davis afronta esta semana la recta final de su enfrentamiento contra Australia por el título más importante, y quizás el más difícil de conseguir, pero sin miedo, aún sabiendo que en la mente del conjunto rival la venganza estará presente en cada uno de los encuentros.

Las palabras del entonces capitán australiano John Newcombe en la final del 2000 en el Palau Sant Jordi cuando se despidió del público y del equipo español tras perder por 3-1 todavía resuenan. "Os esperamos en Australia la próxima", dijo. Toda una premonición y advertencia al grupo que entonces saboreaba el trofeo que tanto tiempo había costado ganar y que obtuvieron en la tierra barcelonesa.

Dos años después, España devuelve la visita. Faltarán dos nombres de aquella histórica formación, Juan Balcells y Albert Costa, desechados por conveniencias tácticas y técnicas. Y contará con dos incorporaciones, la de Moyá, que en el pabellón barcelonés vio los partidos desde la grada, sintiendo que se le escapaba una gran opción, y la de Feliciano López, el joven toledano incluido en la formación como apuesta.