Con el fútbol de competición oficial parado por Navidad, gracias a la conquista que hace años alcanzó el sindicato de futbolistas (AFE) a la hora de negociar el convenio con la patronal de clubs, las selecciones autonómicas toman el relevo en estas fiestas para jugar partidos benéficos, reivindicativos o, simplemente, amistosos.

Son ya varios los años que durante estas fechas aprovechan los combinados regionales para reunirse. Los precursores de este asunto fueron las selecciones catalana y vasca, con un alto componente reivindicativo a la hora de reunir a sus mejores futbolistas. A ellos se les fueron uniendo paulatinamente otras comunidades como Andalucía, Galicia, Murcia, Navarra, Aragón, Valencia, Cantabria... con un sentido más lúdico y menos trasfondo político.

A esta dinámica se unirá, por primera vez en su historia, la selección autonómica de Extremadura, que debutará en un amistoso internacional frente a Guinea Ecuatorial a las 21.00 horas en Badajoz el próximo 28 de este mes.

103 años antes, en 1904 tuvo lugar el estreno de la primera selección autonómica en disputar un encuentro, la catalana. Fue ante el Español y perdió 4-1 con el ganador de la Copa del Rey de aquel año. No obstante el primer partido serio y, sobre todo, internacional disputado por Cataluña tendría lugar en 1912, ante Francia en París, donde perdió por 7-0. Nada más y nada menos que 95 años de antelación al estreno extremeño.

Antes que España

La selección española no se creó, curiosamente, hasta 1920; año en que se decidió presentar un equipo de fútbol que representase a España en los Juegos Olímpicos de Amberes (Bélgica). La selección disputó su primer partido oficial el 28 de agosto de 1920, en el estadio de La Butte de Bruselas, en los mencionados Juegos Olímpicos. El partido la enfrentó a Dinamarca. Ganó el encuentro España por 1-0.

El movimiento futbolístico autonómico fue anterior, por lo tanto, a la creación de la selección nacional. A la pionera Cataluña habría que añadir la aparición, en 1915, de la selección norte, que debutó en mayo de 1915. Esta estaba formada por jugadores de Cantabria y el País Vasco. Disputó cuatro partidos entre 1915 y 1916, todos frente al combinado catalán, y en 1917 formó cada una su propia selección.

Los años previos a la Guerra Civil española fueron especialmente prolíficos en encuentros de este tipo y en la aparición de las diferentes selecciones autonómicas: Aragón (1918), Galicia (1922) o Andalucía (1928) juegan campeonatos regionales y algunos encuentros internacionales.

Tras 1939, este movimiento autonómico se diluyó casi en su totalidad. Casi, porque Cataluña siguió ejerciendo su carácter de rompehielos en vanguardia.

En plena dictadura varias fueron las argucias catalanas para continuar, aunque menguada, su labor sin desaparecer. De esta manera para poder competir internacionalmente lo hace bajo el nombre de selección de Barcelona, mientras que en los campeonatos regionales seguirá llamándose selección catalana.

Con el regreso de la democracia, vuelve a activarse el interés por los combinados autonómicos. Junto a las ya históricas Cataluña, Euskadi, Aragón, Valencia, Andalucía, Galicia o Cantabria aparecen otras regiones que crean su propia selección y se unen al panorama de combinados regionales. Es el caso de Murcia, Navarra, Canarias o, ahora, Extremadura.

Otras, visto el escaso tirón popular han decidido no volver a disputar partidos internacionales a nivel absoluto. Se trata de Asturias que organizó varios partidos, pero que desde hace cuatro años permanece inactiva; o Baleares, que tras un primer partido ante Malta, que perdieron, permanece inédita. En el polo opuesto se encuentran comunidades como Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León o La Rioja que nunca han disputado un partido internacional. Ni tienen previsto hacerlo ni, por el momento, hay demanda en la calle.