Una semana después de su histórico triunfo en Coria que le clasificó para la fase de ascenso, el Azuaga recibe al Vitoria, filial del Éibar a las 12.15 horas en el municipal azuagueño, en el partido de ida de la primera eliminatoria de ascenso a Segunda B. El objetivo además de vivir esta gran experiencia es seguir avanzando y demostrar a nivel nacional el gran fútbol que desarrolla el equipo de Antonio Jesús Cobos.

El máximo goleador del equipo, el lateral izquierdo Sergio Cebada, asegura que «tenemos muchísimas ganas de que llegue ese histórico partido a Azuaga. Es un premio para la buena liga que hemos hecho pero iremos a luchar, ganar y seguir dando alegrías a la afición».

El gran fútbol desarrollado durante la temporada invita al optimismo. «Todo el mundo dudaba un poco de nosotros al entrenar sólo dos días y con desplazamientos de entrenos tan largos pero hemos seguido trabajando igual durante la liga y ahí tenemos los frutos. Ganamos en Coria ante 400 personas de nuestro equipo animando y estamos viviendo un sueño, por lo que estamos muy contentos», dice.

El ambiente será espectacular «aunque siempre lo es porque la afición nunca nos falla», subraya el defensa, que califica al equipo «como una familia con un ambiente muy bueno» y cuenta como anécdota que en una de las sesiones de esta semana, «el entrenador se enfadó un poquito porque estábamos más alegres de la cuenta... Hemos trabajado como en todo el año y ya tenemos ganas de jugar».

Del Vitoria, Cebada considera que «es un equipo joven que corre mucho. Y la vuelta en un campo de Primera División como Ipurúa que también será muy bonita. Jugar en un estadio de Primera siempre te ilusiona y vas con muchas ganas».

VIAJE EN AVIÓN / El conjunto vasco se lo ha tomado muy en serio. Ha querido ahorrarse el desgaste de un largo viaje y ayer, tras un entrenamiento en Eibar, su plantilla cogió un avión desde Bilbao a Sevilla para a continuación llegar a Azuaga por carretera. El regreso sí lo realizará íntegramente en autobús.

El Azuaga tendrá que tener especial cuidado con el poder ofensivo. Tiene mérito haber sido, con 60 tantos, el máximo goleador de un grupo tan competitivo como el IV, destacando los 11 de Amorrortu. Menos fiable es a nivel defensivo, encajando 39 en total (más de uno por partido).