La directiva del Badajoz defendió ayer el buen estado de los interiores del Nuevo Vivero y el derecho del club a recibir una indemnización en caso de tener que compartir o abandonar el recinto, como expresó el alcalde Miguel Celdrán. El presidente de la asociación gestora del club, Alvaro Roa, y su directivo y asesor legal, Fernando Valbuena, expusieron algunas de las condiciones que se reflejan el contrato de cesión del estadio firmado en 1998 y que, según entienden, "no se están cumpliendo". Ambos aseguraron que los desperfectos del estadio están en en su exterior debido a los botellones y que el Badajoz aportó 330 millones de pesetas para equipamientos del recinto que deben compensarse "venza o no venza el convenio". J. L. V.