Uno, Jacinto Carbajal, acaba de volver de protagonizar un gran éxito para el deporte extremeño: participar en la fase final de la Copa de la Reina con su Al-Qazeres. El otro, Ñete Bohigas, vuelve de otro resultado en positivo: el segundo triunfo consecutivo del Cáceres fuera, en este caso en la pista del TAU Castellón. Son los técnicos del momento en el baloncesto extremeño, que en realidad llevan liderando desde hace tiempo, cada uno en su banquillo. El primero cuenta que lloró «desconsoladamente» con 15 años cuando el entonces Cáceres CB perdió la final copera de León ante el Joventut, con Bohigas de entrenador ayudante de Manolo Flores. El segundo asegura que ha estado «muy pendiente» de lo que ha hecho en Girona el máximo representante extremeño en el baloncesto femenino «por mi hijo sobre todo». Ayer, El Periódico Extremadura reunió a ambos para entremezclar reflexiones, preguntas y planteamientos de pasado, presente y futuro.

El Periódico Extremadura. ¿Qué le tiene que decir ahora, de entrada, Ñete a Jacinto?

--Ñete Bohigas. Yo he vivido lo de Jacinto con mucha envidia, de lo que has tenido y ya no tienes. Tuve la suerte de vivir una Copa, aunque no como máximo responsable, en aquella final de León del 1997. Aquello fue un momento apasionante de mi vida como entrenador porque pocas veces se puede sentir un ambiente tan auténtico de baloncesto como cuando estás en una Copa de la Reina o del Rey. Ha sido envidia sana. Yo quería que la gente de Cáceres disfrutara y que se sintiera orgullosa de que el equipo femenino de baloncesto había conseguido estar ahí, lo cual es un hito histórico. Todo lo que sea un beneficio para mi ciudad es muy importante, y personalmente me alegré mucho por lo que consiguieron.

E. P. E.: ¿Se acuerda Jacinto de aquella Copa del Rey de León?

--Jacinto Carbajal. Claro. Tengo muy buen recuerdo. Nosotros hemos querido emular aquella gesta. De aquello ya hace 20 años. Tendría yo 15-16 y lo vi en casa con mi padre y mi hermano y lloré desconsoladamente cuando perdimos, supercabreados todos. Era la época en la que estamos aficionándonos, yendo al V Centenario y lo recuerdo... esas lloreras que tienes de chico cuando pierdes. En la siguiente fase final de la Copa, en Málaga, era un poco más mayor y la vi en directo. El club organizó un viaje para entrenadores y yo estaba en la Fundación Cáceres cuando empezamos a entrenar. Aquello fue lo más.

--Ñ. B. Tras el ascenso a la ACB, que movió muchísima gente, estar en la Copa fue como sentirte ya sólido y con las bases muy bien puestas en el baloncesto nacional. Fue una decepción no ganar la Copa de León, sobre todo por cómo iba, pero vencer a Estudiantes, a Barcelona y plantarse en la final ante la Penya fue emocionante. Yo, en el caso del Al-Qazeres, quería que lo disfrutasen también. Me gusta pensar que el baloncesto en mi ciudad vuelve a estar de moda. que hay interés en la gente. Jacinto y yo estamos aquí representando a los técnicos de los dos equipos, pero quiero pensar también que los clubs lo están haciendo bien para que el baloncesto vuelva a sonar, a estar en el ambiente, en la prensa, que seamos capaces de generar ilusión. Sé que hay mucha gente detrás, como el cuerpo técnico, los jugadores, que son los protagonistas verdaderos y que hay un club que está detrás sin el cual no se hubiera conseguido nada.

E. P. E.: Ñete, después de haber ganado en Castellón, casi coincidió la hora del partido de cuartos del Al-Qazeres. ¿Preguntó cómo habían quedado?

--Ñ. B. Claro, aunque no me hacía falta porque el fan número 1 del Al-Qazeres es mi hijo. Enseguida me dio la información. Tuve la sensación de decir: a lo mejor se merecían dar un pasito más, pero el rival, aunque le habías ganado dos partidos antes, parecía más potente. No se consiguió, pero es que era verdaderamente difícil.

---J. C. Sí, sí.

E. P. E.: Jacinto.: ¿se ha visto arropado estos días por la gente de su mundillo, de su ciudad, de todos?

---J. C. Sí. A nivel mediático, ha sido brutal: ser portada día tras día en este periódico, abrir espacios deportivos en Canal Extremadura... en sí el partido de cuartos lo he vivido como uno más, no estuve nervioso, pero todo lo que había alrededor ha sido estar en una burbuja, todo el rato entrevistas... el despliegue ha sido brutal. Hemos tenido hasta cámaras en el vestuario... ya veremos a ver cuando se difunda todo si no hablo antes con los jefes a ver qué se puede emitir y qué no (risas). Fue todo muy natural.

E. P. E. Ahora para Ñete. ¿Dejará entrar a los periodistas en el playoff de ascenso a la ACB...?

--Ñ. B. Ja, ja. Sí. El vestuario es algo muy íntimo, y posiblemente los entrenadores lo vivamos de una forma más reservada que los jugadores. Pero no me importa que una cámara pueda entrar en un momento determinado y pueda vivir lo que se vive en momentos puntuales en el vestuarios. En otros lógicamente no.

E. P. E.: La foto de cada victoria en el vestuario que realiza Luis Parejo es ya clásica...

--Ñ. B. Luis tiene un sentido del espectáculo tremendo. Es de esas personas que sabe vender lo que tiene entre manos. Alegrarse cuando se gane hay que hacerlo siempre porque nunca sabes cuándo vas a volver a ganar. Los jugadores lo viven de manera diferente a los entrenadores. Nosotros termina el partido y ya estamos pensando en el siguiente y no somos capaces de desconectar, al menos yo. Pero para lo bueno y para lo malo. Nos sentimos más responsabilizados.

E. P. E.: Y los viajes, cuando se pierde o se gana, ¿son distintos en los respectivos equipos?

--J. C. Cuando se gana o se pierde, todo dura media hora. La euforia es el momento y la paliza que te metes es la misma, ganes o pierdas. Se viaja mejor ganando, pero al final pasan las dos primeras horas y todo el mundo está tranquilo, descansando.

--Ñ. B. Antes me cabreaba mucho cuando perdía. El cabreo me costaba más olvidarlo antes, pero con los años me he dado cuenta de otras cosas. Nosotros somos más de jugarnos unas cartas en el autobús. Los viajes duran tanto que te da tiempo a unas 24 horas de ‘pochas’. Ya aprovecho entonces para hablar con algunos, en función de cómo estén.

E. P. E. Pero en su caso, Jacinto, la del viernes no fue una derrota cualquiera, era en cuartos de la Copa de la Reina...

--J. C. Sí. Le das muchas vueltas al partido y dices: si hubiera hecho esto o aquello... pero eso siempre pasa después de cada partido. En nuestro caso, ante el Gernika todo fue perfecto, según el plan, e incluso mejor: ir ganando, estando ahí igualados, tuvimos el momento mal, se nos van 12 arriba pero al final seguimos estando ahí. En el último instante, tenemos varias posesiones para ponernos por delante y no acertamos. No sabemos qué hubiera pasado. Ese triple valiente de Mariona, si entra, nos hubiéramos puesto dos puntos arriba y ellas tenían la presión por su condición de favoritas. Fallamos mucho tiro libre...

E. P. E.: ¿Piensan que Cáceres podrá ganar algún día una Copa de baloncesto?

--Ñ. B. Nosotros en el Cáceres estuvimos a punto, y Jacinto, con su club, también ha estado ahí. ¿Por qué no? Sonaba entonces a utopía, pero repito que estuvimos muy cerca. Desde entonces, las cosas han cambiado mucho porque ha pasado mucho tiempo. Lo de Jacinto fue prácticamente hace dos días y está claro que tiene más posibilidades que yo, pero él sabe lo difícil que es conseguirlo. De todas formas, todo dependerá de la ilusión que consigamos generar para que esto siga creciendo lo que se pueda.

E. P. E.: ¿Desde cuándo se conocen? ¿Alguna vez se consultan y se animan?

--Ñ. B. Pues desde hace mucho tiempo, no sé exactamente cuándo.

--J. C. Yo tampoco. Hablamos bastante, cuando termina un entrenamiento de un equipo y empieza el otro.

--Ñ. B. Como solamente un primer entrenador sabe lo duro que es la profesión, cuando te encuentras ahí yo trato de entenderlo y de mimarlo. Sé que es complicado.

--J. C. Sobre lo de la soledad, cuento que todo eso se ve reflejado en el móvil. Yo en cada partido lo dejo en el coche o en el autobús fuera. Cuando lo enciendes después de cada partido y has ganado, ves que tienes 400 mensajes. El día que pierdes... tienes seis o siete. No sé si a ti te pasa lo mismo, Ñete.

--Ñ. B. Sí, sí. Es lógico.

--J. C. Yo no lo hago como reproche, por supuesto.

--N. B. La gente quiere ver que su equipo gane y cuando pierde no le da tanta importancia o no piensa que el trabajo de los profesionales es también grande.

E. P. E.: Juzguen el trabajo el uno del otro y el otro del uno.

--Ñ. B. Lamentablemente el trabajo de los entrenadores solamente se juzga por los resultados. Esto es, muchas veces, injusto. Se hace muy buen trabajo sin resultados, el mismo que en otras sí los logras. Lo que ha conseguido Jacinto se ve en su trayectoria. El hecho de que el club haya crecido hasta la máxima categoría, que haya dado un paso atrás y luego hayan conseguido volver ahí eso es de proyecto serio y de trabajo serio. ¿Que si estamos reconocidos? No por todo el mundo, pero sí por una buena parte. Lo que pasa es que a veces las cosas negativas se ven más porque hablan más alto. Personalmente me siento apoyado y él creo que también.

J. C. Ñete está sacando petróleo en esta temporada con menos recursos que en años anteriores. Ñete es la constancia y la fuerza. Él lleva ya 25 años y no lo ves que vaya al pabellón a entrenar quemado. Tiene la misma ilusión siempre. Es muy cercano y eso hay que valorarlo. Él es un ejemplo de sacar mucho partido.

E. P. E.: ¿Se ven la temporada que viene en sus clubs?

--Ñ. B. No lo sé. Queda mucho. No me preocupa. Solo me preocupa el día a día, cómo competir y que se siga generando ilusión. No me preocupa lo personal ni si mi futuro va a estar ligado a este club, a otro o a otro trabajo, que nunca se sabe.

E. P. E.: En ambos coincide que, antes de triunfar en su ciudad como entrenadores, salieron fuera, a otros clubs...

--Ñ. B. Yo tuve la inmensa suerte de que enganché los años buenos del club en la Liga ACB. Posiblemente no estaba preparado para coger el equipo cuando se me ofreció o no era el momento porque estaba entrenando fuera. No pasa nada. Estoy satisfecho. No me queda la espina clavada de querer ser primer entrenador en la ACB porque también he entrenado como segundo teniendo muchas responsabilidades. Sigo con la ilusión de ser feliz.

--J. C. Yo estoy pensando en lo que llega, en el partido del sábado y en terminar la temporada lo mejor posible. Ya se hablarán las cosas en el club, ya se sentarán y si yo soy parte de ello ya se verá.

E. P. E.: Pero en ambos casos tienen ya ausencia de presión, conseguida ya virtualmente la permanencia, que era el objetivo...

--J. C. Pero ahora a Ñete se le va a pedir que a ver si se suben un par de puestos más y nosotros igual. Estamos ahí, a un suspiro de los seis primeros. Entonces se va a pedir más.

--Ñ. B. Ahora depende mucho de la autoexigencia. Yo quiero estar lo más arriba posible, pero todo el mundo quiere ganar. Si fuéramos conservadores, no quiero estar cinco o seis jornadas sin objetivos, y nuestro objetivo ahora es que no nos pillen los de abajo y, por qué no, intentar el playoff, Yo me tengo que meter todos los días con 18 personas en un vestuario y tengo que intentar que todo eso sea posible. Ser conformista no me va.

E. P. E.: Como buenos conocedores del deporte extremeño, ¿cuál es su diagnóstico?

--J. C. Es cierto que en años pasados, con el fútbol y el Mérida y el Extremadura en Primera, y en baloncesto el Cáceres, estábamos arriba. Ahora eso no lo tenemos, pero ahora hay más deportes en la élite, como el voley con las chicas y los chicos. Ahora parece más repartido, hay más disciplinas, eso es lo que ha cambiado.

--Ñ. B. El deporte en Extremadura a alto nivel ha cambiado. Hay mucho más en deportistas individuales: atletismo lo más visible, natación... y eso antes no pasaba. Los deportes colectivos se han visto muy mermados por el problema económico, que en nuestra región es más acuciante. Nuestro tejido industrial y empresarial es más débil. El apoyo que se tenía a nivel privado es muy pequeño, y la gente que lo hace tiene mucho mérito. Si no fuera por esa gente que pone el dinero como su ocio... Institucionalmente, hay menos dinero. El político debe saber que el deporte tiene mucho valor y que invertir en ello no es tirar el dinero, sino todo lo contrario.

Bohigas y Carbajal se marchan de la sede de El Periódico Extremadura pensando en la próxima cita. El fin de semana juegan contra dos clubs representativo de San Sebastián. Qué casualidad. Qué disfrute de ambos.