Me cuentan que la gala de la Federación Extremeña de Balonmano fue un acontecimiento brillante, en el que no faltaron los reconocimientos públicos a personajes como Juan de Dios Román o José Luis Argüello, éste último árbitro internacional retirado y que ha ´vendido´ la región también a lo grande, desde la modestia de un deporte que crece, aunque no hasta lo más alto: tener un club en las primeras categorías sigue siendo la asignatura pendiente. Creo que puede conseguirse, pues personas como el presidente, Benito González, o su mano derecha, Manolo Alvarez, se lo merecen, aunque sólo sea por las ganas que le echan cada día, por no mencionar a los anónimos responsables de clubs. Fue una sorpresa que la copa de campeón del mundo estuviera en la cita, lo cual le dio aún más relieve al acontecimiento. Felicidades, balonmano extremeño, aunque, uno siga envidiando a Ciudad Real.