El Barcelona y el ´Spanish-Liverpool´ de Rafa Benítez, que cedieron sendos empates caseros ante el Manchester United (0-0) y el Chelsea (1-1), respectivamente, intentarán romper los pronósticos favorables a sus rivales y meterse en una final de la Liga de Campeones de Europa que, ahora, se les antoja cara.

Entre el Barca y el Liverpool quien se antoja tenerlo menos complicado, en la vuelta de las semifinales de la máxima competición continental, es el conjunto español; pese a la nueva, una más, decepción, ofrecida el pasado sábado en terreno de un Deportivo de La Coruña que le derrotó, por 2-0.

Pero es que al Barca, que juega mañana, le valen dos de tres resultados posibles: la igualada con goles y, lógicamente, el triunfo. Ceder un empate casero sin goles, pues, no parece tan malo aunque tu rival tenga luego el ´factor campo´ a su favor. Es un resultado que puede resultar bastante equívoco.

Menos fiero

Además, el United tampoco parece tan fiero como se presentaba hace apenas dos semanas. Ayer el conjunto de sir Alex Ferguson también cayó derrotado, bien es verdad que en el campo del también aún europeo Chelsea y por un penalti, muy protestado por los ´reds´, a falta de cuatro minutos para el final (2-1). Un penalti que transformó el alemán Ballack y que permite que los ´blues´ empaten a puntos en la cabeza de la tabla con los de Old Trafford.

Pero el Manchester United tiene un ataque temible, con Wayne Rooney, el argentino Carlos Tévez y, sobre todo, el portugués y deseado madridista Cristiano Ronaldo. Y su afición le llevará en volandas.

El Barca tampoco es ´manco´ en ataque y los Eto´o, Messi, Bojan y Henry a buen seguro que, ante la esperada ofensiva local, tendrán sus oportunidades para anotar un gol que podría ser vital en la suerte de la eliminatoria. La eliminatoria, pues, está abierta y con opciones para un conjunto catalán que sabe que se juega la temporada en esta competición.

Peor lo tiene el Liverpool de los españoles Rafa Benítez, Pepe Reina, Alvaro Arbeloa, Xabi Alonso y Fernando Torres. En su visita el miércoles a los ´blues´ del Chelsea se ve en la obligación de, al menos, anotar un tanto para tener opciones de estar por segundo año consecutivo en la final.

El Chelsea, que la verdad se encontró en la ida con un inmerecido empate final, con el autogol de John Arne Riise casi en el último segundo, sabe tener todo a su favor pero no se olvida de que el Liverpool ya le ha dejado en la cuneta en dos ocasiones europeas; la última en la anterior edición de la Liga de Campeones, por penaltis y en las mismas semifinales de la competición.

Se espera un partido muy físico, muy duro y la habilidad en el desmarque de Fernando Torres, y su rapidez en irse a la meta rival, podrían ser decisivos para el Liverpool.