Joan Oliver, director general corporativo del Barça, ha confirmado esta mañana la noticia de EL PERIÓDICO de que cuatro vicepresidentes del Barcelona (Jaume Ferrer, Joan Boix, Joan Franquesa y Rafael Yuste) habían sido sometidos "a una auditoría de seguridad perfectamente normal, sin ninguna ilegalidad", según palabras textuales después de que uno de ellos -Franquesa- tenía indicios de que "estaba siendo investigado".

Oliver ha ratificado que ni el presidente, Joan Laporta, ni los otros tres vicepresidentes (Ferrer, Yuste y Boix) fueron informados de ese proceso hasta que no hubo concluido.

"El presidente lleva la dirección estratégica del club, no el día a día", ha matizado Oliver.

Godall se ha librado

Tampoco se incluyó en esa "auditoria de seguridad" a Alfons Godall, el único vicepresidente que se ha librado porque había anunciado que no iba a entrar en la sucesión del presidente Laporta para una junta de continuidad.

"Esa auditoría se hace dados los antecedentes de seguridad que hay en el club, con las amenazas al presidente, con el robo de su ordenador, con el robo de la base de datos y con otros hechos que no revelaremos", ha explicado Oliver.

Se les ha dado los resultados

"Se hace para proteger a esas personas, para defenderlas, no para espiarlas. Si alguien espía a una persona no le da luego esos resultados. Cuando alguien es objeto de una auditoría de seguridad, luego la recibe. Utilizar el verbo que queráis, menos ese de 'espiar'", ha subrayado el director general corportativo del Barcelona.

El coste de esa "auditoría de seguridad" es de 56.000 euros, el "1% del presupuesto de seguridad del club, cifrado en cuatro milliones de euros", ha señalado.

No dimitirá

El director general del Barça ha señalado en su comparecencia que "en ningún momento" se plantea dimitir por este asunto.