Athletic Club 1: Aranzubia; Iraola, Ocio, Ustaritz, Koikili; Orbaiz, Javi Martínez (Llorente, min.69); Susaeta (Garmendia, min.46), Yeste, David López; y Aduriz (Aitor Ramos, min.46).

Barcelona 1: Valdés; Zambrotta, Thuram, Puyol, Sylvinho; Iniesta, Xabi (Edmilson, min.63), Deco; Messi, Bojan (Gudjohnsen, min.77) y Henry.

Goles: 0-1, min.34: Bojan. 1-1, min.78: Llorente.

Arbitro: Undiano Mallenco (Comité Navarro). Amonestó a los locales Susaeta, Javi Martínez y Orbaiz.

Incidencias: Cerca del lleno en el estadio bilbaíno de San Mamés. Alrededor de unos 39.000 espectadores en las gradas. Tarde fría y terreno de juego en buenas condiciones. Vigésimo primera jornada de Liga en la Primera División.

El Barcelona malgastó la ventaja de la que dispuso ante un Athletic mermado físicamente, pero que encontró aire con el empate a un gol y acabó siendo fiel a lo que dice de él su historia.

Prácticamente sin fuelle, con medio equipo tocado y con la sensación de estar irremediablemente derrotado, el equipo rojiblanco ha encontrado un segundo aliento y, apoyado en chavales como el debutante Aitor Ramos, Garmendia o Llorente, le hizo al Barça un cuarto de hora sonrojante para los de Frank Rikjaard.

Si la igualada final le pone al Barcelona más difícil aún una liga de la que se está despidiendo poco a poco, al Athletic le permite coger algo de distancia con unos puestos de descenso que, no obstante, tiene todavía a un punto. Sin sorpresas en unas alineaciones en las que faltaban Amorebieta, por sanción, en los locales, y Márquez, por lesión, en los visitantes, el partido comenzaba con brío.

Sobre todo por parte del Athletic, que ya antes de cumplirse el minuto 2 creaba problemas a Valdés con un disparo lejano de Orbaiz que el meta visitante despejó a córner.

ENFRIAMIENTO Continuaban los locales intentando meter ritmo al choque, pero apenas lo conseguían en los primeros minutos. Con el paso del tiempo, el Barcelona iba logrando enfriar el encuentro, buscando fundamentalmente mantener la posición. No obstante, ahí se quedaba la cosa, ya que, con la excepción de las arrancadas de Messi, bastante bien controladas por la defensa rojiblanca, apenas profundizaba.

Transcurrían los minutos sin que apenas pasase hasta el ecuador de la primera parte otra cosa que la pelea por imponer el juego. Llegando a la media hora, empezaba a entrar en contacto con el balón Yeste.

Aún así, provocó la primera gran ocasión del partido. Fue con una apertura a la banda izquierda hacia David López, que centró atrás, al borde del área. La pelota acabó en Aduriz, que, solo ante Valdés, remató alto.

Pudo ser el 1-0, pero, lo que son las cosas muchas veces en el fútbol, lo que llegó rápido fue el 0-1. Aranzubia logró llegar a un llegada por el centro del área de Messi, pero su despeje le cayó a Xabi, que abrió a Bojan para que el canterano, llegando por la derecha, batiese al meta riojano con un tiro cruzado. Demasiado castigo para un Athletic bastante aseado y demasiado premio para un Barça de una sola velocidad.

En el descanso, Joaquín Caparrós dejó en el vestuario a los muy desacertados Susaeta y Aduriz y puso sobre el césped a un chaval del filial, Aitor Ramos, que había debutado en Copa en Montjuic, y a otro no menos joven que iba a empezar la temporada sin ficha, Garmendia.

No le funcionó de inicio la revolución al sevillano, ya que el Barcelona pudo sentenciar para el minuto de la reanudación en sendas jugadas de Messi, el mejor del partido junto a Javi Martínez. En la primera, Henry remató demasiado suave y en la segunda, Deco disparó alto. Se fue rehaciendo el Athletic, que tocó a rebato y gozó de una ocasión en un tiro desde la frontal de Javi Martínez que blocó bien Valdés en una buena intervención.

Pudo dejar las cosas imposibles para los locales el Barça con un remate de Puyol en el primer palo a centro de Sylvinho en el minuto 65. Lo que apuntaba 0-2 se transformó en 1-1 en una jugada fiel a la historia bilbaina.

Garmendia peleó un balón como un jabato, se lo llevó por la derecha y centró sobre el área. Allí, en el primer palo, Llorente se adelantó y puso el empate. Lo que estaba siendo un partido hasta plácido para el Barcelona se tornó en una agonía para los de Frank Rijkaard.