Después de un largo año de espera, Thierry Henry llegó ayer a Barcelona. Al fin. Con el glamur que acompaña a las grandes estrellas, el delantero francés aterrizó, procedente de Londres, en un vuelo privado. A punto de cumplir 30 años (lo hará en agosto), Henry fue recibido con unos honores --le esperaba en el aeropuerto el vicepresidente Ferran Soriano-- que no se recuerdan desde que llegara Ronaldinho. En el 2003, se abrió el Camp Nou para saludar el pilar en el que la nueva junta de Laporta edificaría su proyecto deportivo. Hoy, como hace cuatro años, el estadio abrirá las puertas para que la gente vea a Henry, el jugador sobre que el Barcelona pretende impulsar la regeneración.

Es curioso, pero Prácticamente han costado lo mismo. El París Saint Germain recibió 27 millones del Barça por el brasileño y el Arsenal cobrará 24 por el francés. La gran diferencia es que Ronaldinho entró en el Camp Nou con 23 años y Henry lo hará con 29 --firmará hasta el 2011--, pero el valor que tienen ambos fichajes para el club es muy similar.

Uno, Ronnie , abrió un ciclo de éxitos (se quedó con el diez de Riquelme) y otro, Titi , que lucirá el mítico 14 de Johan Cruyff que está vacante, debe ejercer idéntica misión para que el Barça recupere la hegemonía perdida. Ayer, como sucedió con el brasileño, posó para los periodistas y después cenó con el presidente Joan Laporta, el secretario técnico Txiki Begiristain y Soriano, que no se despegó ni un segundo del francés. Su fichaje ha sido interpretado como una victoria del vicepresidente económico.

ESTRELLA PARA TODO Hace justamente una semana, el Barça andaba sumergido en una profunda depresión tras padecer el peor curso del laportismo con solo dos títulos y menores --la Supercopa de España y la Copa Catalunya-- de siete posibles. Mientras el Madrid daba vueltas alrededor de La Cibeles, festejando un éxito que no le garantiza a Fabio Capello seguir en el Santiago Bernabéu.

Nueve días más tarde, aparece Henry en el Camp Nou, saludado como la estrella que vale para todo. Para vender camisetas: es un jugador universal que necesita de la proyección global que proporciona el Barça. Es un goleador que gana partidos y una pieza para agitar el vestuario donde los roles estaban tan definidos que las grandes figuras (Ronaldinho y Eto´o) vivían plácidamente. La duda es cómo se adaptará a un nuevo club y a un vestuario plagado de estrellas.

En princpio, al Barça le viene de maravilla Henry. En el campo y fuera. Hasta ayer, todo estaba muy visto. En el primer año de Laporta, llegó Ronaldinho y triunfó. En el segundo, aparecieron Eto´o y Deco y triunfaron. Después, nada. Solo la irrupción de Messi agitó el equipo. Ahora llega una estrella para despertar a un grupo devorado por el éxito. Mientras, en el Real Madrid, la junta debate qué hacer con Capello, Henry será presentado hoy en la sala París, la misma que Ronnie. Entonces no tenía ese nombre con el que se la bautizó tras ganar al Arsenal. En París, besó su segunda Champions, pero perdió una estrella. Hoy, un año después, se reencuentran.