El Barcelona se enfrentará hoy al Olympique de Lyon en la penúltima jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones con un doble objetivo: puntuar para asegurarse la clasificación matemática para la siguiente ronda y mejorar la mala imagen que el equipo ofrece en sus desplazamientos.

Al conjunto azulgrana le bastaría con un empate para firmar su entrada en octavos con antelación. Sin embargo, incluso con una derrota podría clasificarse siempre que el Glasgow Rangers no gane ayer en Stuttgart.

PROBLEMAS INTERNOS Es tan poco lo que le hace falta que toda la tensión que gira alrededor del equipo en su visita de hoy a Lyon se centra en las supuestas tiranteces que reinan en el vestuario, las apariciones y desapariciones del brasileño Ronaldinho, y la dificultad del equipo esta temporada para imponerse en estadios ajenos.

La estrella brasileña, que el sábado no disputó el partido ante el Recreativo de Huelva al alegar acumulación de cansancio, figura en la expedición barcelonista en sustitución del lesionado Thierry Henry.

El francés presenta molestias en la espalda y en el pubis. Oleger también se quedó en la ciudad Condal por un problema de isquiotibiales.

Es de suponer entonces que Ronaldinho figurará en el once inicial que pisará el estadio de Gerland. Su presencia en el banquillo de salida dispararía aún más el debate en torno a un jugador que en los últimos meses ha perdido el brillo y la chispa que le entronizaron como el mejor delantero del planeta.

La baja de Henry ha dado pie a la especulación sobre una posble titularidad de la nueva sensación azulgrana, Bojan Krkic.

El canterano de 17 años revolucionó totalmente el partido del pasado sábado ante el Recreativo con su entrada en la segunda mitad y se estrenó como goleador en el Camp Nou (3-0). Puyol es duda por unos problemas de espalda.