La vida del Atlante en Abu Dabi está en manos de Gustavo Mendoza. Es el enviado especial de la Fox Sports, la cadena que mañana ofrecerá en México la semifinal del Mundial de Clubs frente al Barça. Mendoza es el único periodista del país que ha acompañado en esta insólita aventura a un equipo que, en palabras de su entrenador, está viviendo "un cuento de hadas" y que afronta esta cita como un premio que hay que disfrutar. Fiel al código de Guardiola, el Barça también quiere disfrutar, pero no es ajeno a la presión que rodea a un título que se ha convertido en una obsesión. Y, desde luego, está mucho más acompañado.

Es un choque de dos mundos, que los mexicanos definieron como una pelea entre "David y Goliath", aunque con escasas posibilidades de que la honda tumbe al gigante. Un duelo que aparece tremendamente desequilibrado y quedó escenificado en el entrenamiento de unos y otros. La aparición del Barça estuvo rodeada de una enorme expectación mediática, con periodistas de todo el mundo, entre ellos un enjambre de japoneses, y en medio de un estricto control delimitando la zona de los fotógrafos. Solo Puyol y Chigrinskiy hablaron unos minutos. Horas más tarde, el Atlante llegaba en autocar sin pena ni gloria, con los jugadores asombrados ante tantas cámaras y micrófonos. Casi todos españoles. Y uno detrás de otro, hablaron sin problemas, encantados con esos instantes de gloria.

"Hay que disfrutar de este momento histórico, es un privilegio jugar contra el mejor equipo del mundo", decía amablemente el técnico José Guadalupe Cruz, mientras sus jugadores ya se entrenaban. Nadie cuestiona la etiqueta de número uno que acompaña al Barça por más que el campeón del Mundial de Clubs esté en el aire.

Disfrutar y creer en los milagros, esa es la fórmula mexicana antes de que ruede el balón. En la pizarra, Guadalupe tiene la teoría, pero sabe que a la practica es difícil de imponer. "El Barça te va echando hacia atrás quieras o no quieras, no hay nadie que juegue como él. Hay que quitarle la pelota; el problema es cómo se hace. Seremos audaces, valientes e inteligentes, pero no suicidas".

COMPARACIONES Un mundo les separa por más que el Atlante tenga ya 93 años de historia y los colores a los que siempre ha estado unido son el azul y el grana. Pero anda muy huérfano de títulos (tres ligas), ha ido dando tumbos por México, cambiando de sede para sobrevivir y sus jugadores están muy lejos de quienes mañana serán sus rivales. El portero argentino Federico Vilar es el mejor pagado de la plantilla y cobra 600.000 euros al año, y en la parte baja el salario anda por los 36.000 euros. En el Barça, las diferencias las marcan los millones, con los 10 de Messi en primera fila.