Real Madrid: (21+14+18+15) Sonko (9), Bullock (10), Videnov (-), Felipe Reyes (24), Eduardo Hernández Sonseca (5) -cinco inicial-, Scales (13), Sinanovic (7) y Héctor García (-).

Barcelona: (31+18+12+22) Shammond Williams (13), Navarro (19), De la Fuente (6), Fucka (12), Marconato (6) -cinco inicial-, Roger Grimau (3), Basile (10), Kakiuzis (8), Burusis (2) y Trias (4).

Arbitros: Arteaga, Redondo y Perea. Sin eliminados.

Incidencias: Cuarto encuentro de los cuartos de final por el título de la Liga ACB 2005-06 disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 12.100 espectadores. El Barcelona se enfrentará en las semifinales al Tau Vitoria, que por la mañana había ganado el cuarto partido de su serie al Akasvayu Girona por 67-73. La otra semifinal la disputarán el Unicaja y el DKV Joventut.

Derribó el Barcelona definitivamente al Real Madrid con un bombardeo de precisión que resuelve la serie de cuartos frente al último campeón, le permite eludir el peligro del desempate, le clasifica para jugar en semifinales contra el Tau y le catapulta a la próxima Euroliga.

El Madrid volvió a dar todo lo que lleva dentro o, mejor dicho, todo lo que le queda, pero era una lucha contra los elementos. Le puede doler la eliminación y el poco estimulante futuro de jugar la Copa ULEB, pero no se puede echar nada en cara ni reprocharse lo hecho. Ya no podía más.

El Madrid entró en la cancha preparado para sufrir. Y el Barcelona le aplicó un severo castigo. Once aciertos en sus once primeros tiros de dos y un ritmo de triples endiablado (21-35 m.12). Al descanso la diferencia se mantenía inalterable (35-49).

La brecha que le separaba del Bar§a a falta del último cuarto (53-61) obligaba a los blancos a seguir instalados en el heroísmo. El Madrid aguantó hasta un 56-61, pero entonces soltaron dos muñecas cargadas con balas de plata. Basile y el griego Mikhalis Kakiuzis clavaron dos triples directos al mentón del Madrid (56-67). El tiempo andaba por debajo de los ocho minutos de juego. El heleno repitió y la semifinal se fue rumbo hacia la Ciudad Condal sin remedio.