El Barcelona se proclamó campeón de la XXIX edición de la Copa del Rey de balonmano al imponerse en la final al Ciudad Real por 25-27 tras un gran encuentro en el que se mostró muy superior a su rival para conquistar el último título importante en juego esta temporada y dedicárselo a su técnico, Valero Rivera, que dejará el equipo esta temporada.

Como en anteriores ediciones, se cumplió la estadística que rodea la Copa del Rey y ni el equipo anfitrión ganó el trofeo en su ciudad, ni el vigente campeón, en este caso el Ciudad Real, consiguió revalidar el título. El emeritense Carlos Prieto jugó, pero no marcó ningún gol.

Desde el comienzo el Barcelona se mostró muy superior y más entero físicamente que el Ciudad Real, que acusó en exceso el derroche efectuado ante el Portland.