El Barcelonaa camina a ritmo de récord en la presente Liga y con el triunfo ante Osasuna (3-0) igualó viejos registros (arranque liguero con seis triunfos y un empate en siete jornadas) y ahora se encuentra a una sola victoria de su mejor marca: ocho victorias seguidas con un empate (temporada 1997-98), objetivo que está en sus manos si la suerte le acompaña y continúa exhibiendo el nivel en todas sus líneas.

Después de ocho jornadas y tres de la Liga de Campeones, el técnico barcelonista, Frank Rikjaard, ha debido ajustar posiciones como consecuencia, sobre todo, de las lesiones, y el resultado ha sido muy positivo a tenor de los resultados.

AJUSTES Después de las graves lesiones de Edmílson y Thiago Motta, Rijkaard ha descubierto al mejor Rafael Márquez desde que el mexicano recaló en las filas barcelonista en el verano del 2003. Márquez, como mediocentro defensivo, se sitúa en el vértice de un sistema defensivo que empieza a ser inexpugnable y con el que el Barcelona da respuestas contundentes a la ofensiva rival. Si Márquez se encuentra en el vértice de este triángulo entre el medio del campo y la defensa, en la base se sitúan Oleguer Presas y Carles Puyol, jugadores que cierran casi herméticamente su línea por el centro y no permiten fisuras en la zaga.

Todo ello se ha traducido en que el Bar§a sólo haya encajado cinco goles en los once partidos oficiales que ha disputado (tres en la Liga y dos en la Liga de Campeones).

Frank Rijkaard ha incorporado este año lo mejor del Milan de final de los años 80 que dirigía Arrigo Sacchi, con el que la entidad transalpina era un referente del buen fútbol y una marca reconocida de cómo defender al rival. El equipo técnico ha reconocido que una de las líneas más inestables del equipo ha sido tradicionalmente la defensa y este verano se aplicó medidas de choque para abandonar la imagen de coladero que la ha acompañado en los últimos años.

La cuestión final ha sido que las líneas barcelonistas reducen al mínimo su separación y que cada jugador ejerce presión en su zona de influencia. Con ello, los técnico consideran que el esfuerzo es mínimo para un objetivo como es defender un ataque.

El constante robo de balones, la contención de casi todas las acciones del rival y que Valdés viva con un desahogo sorprendente permiten llegar a la conclusión de que las limitaciones que observó Rijkaard en defensa, el Barcelona empieza a superarlas.

Cuenta, además, con un poder ofensivo letal, que ha llevado al Barcelona a pisar el área del rival con una asiduidad constante, lo que provoca el desconcierto oponente. El mayor exponente en ataque es Samuel Eto´o, con siete goles en ocho partidos.