Mientras, el Barcelona cerrará la temporada 2002-03 con un récord que no podía sospechar el verano anterior, pues por el sillón presidencial habrán pasado cuatro socios barcelonistas, dos electos, uno interino y otro surgido de una junta gestora.

Si las inminentes elecciones a la presidencia fuesen producto de la conclusión del mandato natural de cuatro años de una junta saliente, el nuevo presidente ocuparía su cargo el 1 de julio aunque las elecciones fuesen tres meses antes. Pero en este caso, tras la anunciada dimisión de la junta interina actual, el futuro presidente podría sentarse en el palco el 22 de junio, en la última jornada de la Liga.

También queda por aclarar si finalmente el partido programado para esa fecha se disputará en el Camp Nou o en el exilio, pues el Barca está a expensas de cumplir dos partidos de sanción.

Con Reyna dimitido, el Barcelona estará gobernado por una junta gestora, cuyo presidente será Joan Trayter, que es a la vez presidente de la comisión económica del club. Una vez concluido el proceso electoral, el nuevo presidente podría tomar el mando antes de terminar la temporada.