Josep Maria Bartomeu ha justificado la disputa del partido por la negativa de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) de aceptar la petición del aplazamiento del Barça. El club ha aceptado jugar por la amenaza de la patronal de una dura sanción.

"La Liga nos ha dicho que si no jugábamos perderíamos 6 puntos: los tres del partido y tres de sanción", ha explicado Bartomeu. El Barça, que ostenta el liderato de la Liga y disfruta de 7 puntos de ventaja sobre el Madrid antes del inicio del choque, ha preservado los intereses deportivos por encima de los económicos, por ejemplo. El encuentro (16.15 h.) se celebra a puerta cerrada, con miles de aficionados agolpados en las entradas del Camp Nou "para que se vea que es una situación excepcional", ha alegado Bartomeu.

El dirigente azulgrana ha negado un posible problema de seguridad habida cuenta del despliegue policial en la ciudad y toda Cataluña por el referéndum. "Los Mossos nos han dicho que no había ningún problema". Fuera del estadio los agentes de segurtidad brillaban por su ausencia; dentro del recinto, la representación era mínima, y a todas luces exagerada porque solo habían entrado los componentes de los dos equipos, los recogepelotas, los empleados y los periodistas.

"Hemos intentado aplazar el partido pero no nos dieron permiso", ha comentado Bartomeu, que no ha querido pronunciarse sobre la dimisión del vicepresidente Carles Vilarrubí, uno de los directivos que era partidario del aplazamiento: "Es normal que haya discrepancias, somos transversales".