CACERES 2016 - 100: Rod Brown (22), Lucio Angulo (15), Mike English (14), Wayne Simien (21), Adrian Moss (13) --cinco inicial-- Chus Poves (2), Tomás Bellas (3), César Bravo (4), Diego Guaita (4).

BASQUET MALLORCA - 90: Joan Riera (19), Tyler Tiedeman (13), Marc Blanch (14), Jason Keep (9), Jason Blair (21) --cinco inicial-- Alberto Alzamora (0), Carles Bivia (2), Joan Sastre (0), Israel Pampín (4), Jan Orfila (8).

ARBITROS: Pagan y Santana. Sin eliminados.

MARCADOR POR CUARTOS: 25-20, 44-40, 72-67 y 100-90.

Respiro para el Cáceres 2016, que sabía que una derrota anoche le iba a obligar a hacer unos cálculos nada agradables. El Basquet Mallorca es un rival claramente ganable, pero menos de lo que podía presumirse. Hacerse fuerte de nuevo en el Multiusos es básico para el conjunto extremeño, ganador de un duelo vistoso, marcado por el acierto ofensivo, sobre todo en los triples, y la fantástica actuación de Wayne Simien, jugador de otro planeta que no es ni mucho menos la LEB Oro.

Se hace difícil imaginar que los locales hubiesen podido ganar sin su tremendo acierto desde 6,25. Brown, 5/5; English, 4/8; Guaita, 2/6; Angulo, 1/1; Bellas, 1/1; Moss, 1/2. Lo curioso es que el único especialista disponible, Chus Poves, falló sus dos intentos. El total (14/25) era casi garantía de éxito, sobre todo porque cuando no se conseguían buenas posiciones desde fuera, siempre estaba Simien en la zona para meter casi todo lo que llegaba a sus manos (9/10).

No se despegó hasta el final, pero es el típico partido eléctrico en el que el Cáceres 2016 se siente cómodo. Jugar a ver quién mete más es la receta que ya le funcionó a Manuel Hurtado la pasada temporada y por la que parece haber apostado en éste: rápidas transiciones y posesiones cortas que suelen acabar con un tiro lejano. El público disfrutó doblemente: con la victoria culminada por el dígito mágico del 100 y por el juego, aunque hubiese ratos de zozobra porque el Mallorca no se desenganchó nunca del choque.

CON FUERZA Una tercera derrota consecutiva hubiera hecho mucho daño y los jugadores salieron convencidos de ello. Sin embargo, el 10-2 con apenas dos minutos de juego no fue nada indicativo. Enseguida los visitantes empezaron a distribuir de buenos balones a Jason Blair, que arriesga poco pero es un jugadorazo , y a dividir la francamente mejorable defensa cacereña, sobre todo con Joan Riera.

El partido se igualó, pero el Cáceres 2016 mantenía un ritmo de anotación alto que le permitía seguir enchufado y que las rotaciones no se notasen esta vez (25-20, min. 10). Un nuevo estirón volvió a hacer pensar a todos que habría un final plácido (31-22), pero nada más lejos de la realidad. A base de racionalidad y una buena zona, el Mallorca volvió a acercarse, pero cada vez que lo hacía llegaban un par de triples. El 44-40 del descanso no era indicativo de nada.

El tercero fue el cuarto del miedo y también de Mike English. Tras el preceptivo intercambio de golpes, el conjunto balear pareció ver un resquicio de esperanza para conseguir la victoria, apelando a la táctica que ponerse por delante por primera vez en un momento psicológico. Un 61-65 (min. 28) levantaba murmullos en la grada, pero entonces apareció el héroe/antihéroe de este equipo. Debe resultar agridulce para un entrenador diseñar jugadas y que uno de sus chicos se las salte para lanzar tiros sin posición ni rebote... y que entren. Así lo hizo English en ese momento crítico, anotando ocho puntos seguidos y dándole de nuevo la iniciativa a los suyos (72-67, min. 30).

DESENLACE El Mallorca siguió peleando y volvería a estar por delante (75-76, min. 33). Ya sin English sobre el campo, el Cáceres jugó más en equipo, seleccionando mejor sus opciones, con Brown en plan maestro, borrando así su mal partido de Alicante la pasada jornada. A Angulo esta vez le salió cara y provocó una antideportiva que acabaría marcando la parte final del choque, en la que el Cáceres no dejó de acertar y acertar hasta la diferencia final de diez puntos.

El equipo compra así tranquilidad de cara al complicado viaje a Melilla y a la espera de recuperar efectivos y meditar si César Bravo renueva su contrato.