Xavi Florencio siguió ayer la primera etapa del Tour desde su apartamento en El Tarter (Andorra). A sus padres les pilló la mala noticia en Rotterdam. El padre, la madre y la ahijada y sobrina de Xavi, hija de Josep, su hermano mayor, que también fue corredor, tenían previsto viajar por toda la ronda francesa en la caravana y animar cada día al ciclista de Montroig, al paso del pelotón.

Viernes por la tarde, en el hotel del Cervélo. Ambiente sereno. Xavi está con los compañeros y nota unas molestias, escozor, problemas de hemorroides. Le pasó lo mismo hace un mes, cuando se entrenaba por Andorra junto a su amigo --está indignadísimo-- Joaquim Purito Rodríguez. Ni se le ocurrió pensar que por un picor en el culo tenía que llamar al médico de su equipo. Se fue a la farmacia de Soldeu y compró un tubo de Hemoal, lo que le recomendó el farmacéutico.

"Voy al médico a ver si me da otra pomada". Con el tubo de Hemoal, enseñándolo a los compañeros, fue a ver al médico. "Y este montó un número que ni para qué. El y no Xavi se tendría que haber ido del Tour". Entró en cólera y llamó a los dueños del equipo Cervélo. El prospecto indicaba que la pomada contenía efedrina, sustancia prohibida. "Pero es tan pequeña la cantidad que una persona se pone en el ano que es de locos pensar que pueda dar positivo", explica el médico de otro equipo. Carlos Sastre, que tenía a Florencio como su mejor ayudante, supo que lo echaron cuando la nota de prensa estaba en internet.