Son las diez de la mañana y, aunque el frío no es muy intenso en Sierra de Fuentes, es mejor ir abrigado. A esa hora saltan al césped artificial del Municipal San Isidro los jugadores del Cacereño para ponerse por primera vez a las órdenes del tándem Ximo Mas-Luis Américo Scatolaro. Futbolistas al centro para asistir a la primera charla del nuevo cuerpo técnico. En el círculo también están Raúl Arias, vicepresidente deportivo, y Luis Puebla, director general. En la distancia observa José Luis Tamargo, hasta hace poco director deportivo, pero ahora en una especie de limbo en la que no queda claro si está dentro o fuera: él dice que nadie le ha comunicado nada oficialmente, mientras que el club (Puebla) aseguró el pasado viernes que «en un principio» está destituido.

Se rompe el círculo y pronto queda claro quién llevará la batuta del nuevo Cacereño: es Scatolaro el que da las órdenes, mientras que Mas colabora en el entrenamiento como un ayudante más. A la primera sesión de trabajo del 2018 no falta ningún jugador. Tampoco hay ninguno nuevo, al menos de momento, ya que a lo largo de la semana podría llegar alguno de los refuerzos que se busca. Lo más urgente es un portero, pues desde hace mes y medio solo hay uno, David Jiménez. También se busca un central y un delantero, aunque las urgencias son menos, sobre todo en ataque, donde ya está totalmente recuperado Kevin. El argentino completó ayer su primera sesión de entrenamiento junto a sus compañeros.

«Estoy feliz y con ganas de volver a hacer goles», dijo Kevin, que respondió con un «ojalá» cuando le preguntaron si el domingo jugaría ante el Montijo (Príncipe Felipe, 12.00 horas). Sí lo hará mañana en el partido amistoso programado para que Scatolaro-Mas puedan conocer un poco mejor a su plantilla. No se ha confirmado ni el rival ni la hora, aunque el encuentro podría ser contra Malpartida de Cáceres sobre las cinco o seis de la tarde.

Después de unos minutos de carrera para empezar a calentar las piernas, Scatolaro es también el encargado de dirigir toda la parte física. No ha llegado aún el nuevo preparador físico, el mexicano Raúl Castro. Sí estaba ayer Daniel de Castro, preparador de porteros, que durante unos minutos trabajo solo junto a Jiménez.

Ha pasado casi una hora de entrenamiento y llega el momento de empezar a tocar el balón, Scatolaro pide control, precisión. «Tengo que hacer con la pelota lo que yo quiera», afirma el argentino, que insiste en la necesidad de tener la posesión del balón.

Tras casi dos horas, el intenso entrenamiento llega a su fin. «Me ha gustado la actitud de los jugadores», confiesa Scatolaro, que poco a poco intentará transmitir su idea de juego, «aunque sin borrar todo lo que se ha hecho», como ya apuntó el día de su presentación. De momento se marchó contento con lo que había visto.