Hasta el pasado miércoles tenían muchas cosas en común. Médicos, especialistas en Medicina Deportiva y con un pasado reciente en el CF Extremadura. Es más, Manolo Beaus fue recomendado por el propio Lorenzo García Camacho a los dirigentes azulgranas, cuando éste fue llamado por Paco Herrera para incorporarse al CD Numancia, y terminó por sustituir al galeno almendralejense en el equipo extremeño. Pero ahora tienen algo mucho más trascendental, mucho más importante en común. Por esas curiosidades que encierra el destino cada uno ha salvado a un clásico del fútbol nacional de morir sobre un campo de fútbol tras sendas paradas respiratorias. García Camacho lo hizo con Oscar García en el Olímpico de Barcelona, Beaus con Carlos Aguilera el pasado miércoles en el Colombino de Huelva.

El talante de Manolo Beaus, persona vital por encima de cualquier cosa, es difícil de minar. Pero ayer, mediada la tarde y tras atender a varias emisoras de radio nacionales reconocía estar "bastante cansado, apenas he dormido, no he comido... Aunque todo ha salido bien, máquina, y estoy contento. Sabía que llamarías. ¿Has visto qué casualidad?".

Luego cuenta lo ocurrido dando mil y un detalles, aunque "los términos médicos no los va a entender todo el mundo. Lo más importante es que hacia el minuto 82 Carlos (Aguilera) sufrió un balonazo y se desplomó. Fue una conmoción cerebral con pérdida de conocimiento y reflejos y la lengua se le fue para atrás y le impedía respirar".

MOMENTOS DRAMATICOS

Saltó al campo y comprobó la gravedad de la lesión. Intentó, con el ATS, "primero abrir la vía aérea, retirando la lengua e introduciendo el tubo de Guedel , luego ventilar y finalmente realizar si fuese necesario el masaje cardiaco". El peor momento fue "cuando camino de la ambulancia, cruzando el campo, empezó a bajar el pulso. Temimos perderlo". El mejor, "cuando Carlos se puso al teléfono ya en el hospital para tranquilizar a su mujer".

Casi en la otra punta de España, en Soria, Lorenzo García recibía una llamada del preparador físico del Numancia para que pusiese la televisión y viese lo que pasaba en Huelva. Aún recuerda cuando "el diciembre del año 2000, en el Olímpico de Barcelona, un corte de digestión hizo caer a Oscar García, que entró en parada respiratoria. Aunque el médico del Espanyol saltó como un resorte nuestros jugadores nos llamaron y nos pusimos a ayudar. Pudimos retirarle la lengua e introducirle el tubo de Guedel . Menos mal que pudo salir". El miércoles llamó a Manolo Beaus por teléfono y le mandó mensajes: "Estaba preocupado por solidaridad con él, porque sabía por lo que estaba pasando. Pero no tenía duda alguna de que lo haría muy bien porque es un médico excelente y Aguilera estaba en las mejores manos. Hay que felicitarlo".