Comenzó la nueva temporada de la Liga Profesional de Fútbol de Estados Unidos (MLS) y la gran atracción, el centrocampista inglés David Beckham, sufrió la mayor humillación y vergüenza deportiva desde que llegó el año pasado a las filas del Galaxy de Los Angeles.

Su equipo viajó hasta Commerce City, en Colorado, para enfrentarse al local Rapids, que dirige el paraguayo Fernando Clavijo, y pasó de inmediato de ser el gran favorito a sufrir una derrota histórica por goleada de 4-0 ante un rival que le superó en todos los apartados del juego.

Beckham, que había llegado de disputar su partido número 100 con la selección inglesa, que perdió por 1-0 ante la de Francia, nunca fue el referente que se esperaba que podría darle identidad al equipo del Galaxy bajo la dirección del su nuevo entrenador, otro europeo, el holandés Ruud Gullit. Ante 18.943 espectadores que llenaron las gradas del Dick's Sporting Goods Park, campo del Rapids, Beckham demostró que sigue sin encontrar la identificación con los compañeros que le tiene en su aventura profesional en el fútbol de la MLS.

Beckham jugó su primer encuentro de la campaña regular desde el año pasado, cuando fichó por cinco temporadas con el Galaxy, y de inmediato se vio que su condición física no era la mejor después de haber viajado desde Europa, donde el pasado miércoles jugó con Inglaterra. El propio Beckham, al concluir el partido, reconoció que no había estado en su mejor forma, pero que era algo que se esperaba después de un viaje largo y cansado.

Gullit tampoco consideró oportuno darle descanso al jugador inglés y lo mantuvo en el campo durante los más de 90 minutos que se disputaron, en parte porque no fue el jugador que hizo el mayor desgaste de fuerzas físicas. "Siempre es difícil jugar después de participar en un partido internacional", admitió Beckham. "Me sentí bien durante casi todo el partido".

Sin embargo, el ex jugador del Real Madrid también reconoció que no había estado "acertado" ni en los pases ni en los tiros a gol. "No estuve de lo más atinado, pero el partido fue muy difícil para todos nosotros y aunque creamos oportunidades de gol, al final no supimos materializarlas y perdimos", agregó Beckham. El astro inglés se refería a los pases que le puso primero a Landon Donovan, luego a Ely Allen y al guatemalteco Carlos "El Pescadito" Ruiz.

Beckham también hizo mención al factor de la "altitud" que pudo afectar a la condición física de su equipo, al que el mismo reconoció había visto mucho más cansado que en los partidos de pretemporada que jugaron en Hawaii, Corea del Sur, China y Hong Kong. "La falta de condición física, obviamente, tuvo mucho que ver con la altitud, porque nos encontramos más cansados que durante la pretemporada", valoró Beckham. "Ahora debemos recuperarnos y la única manera de superar la derrota es ganar el partido del próximo jueves que vamos a disputar contra el San José".

A pesar de la humillante derrota, Beckham volvió a mostrar su clase como deportista y al concluir la rueda de prensa con los periodistas dijo que felicitaba al Rapids por la victoria que habían conseguido.

Gullit estuvo en la misma línea de Beckham y dijo que su equipo había sufrido los efectos de la altitud, debido a que el nuevo estadio del Rapids se encuentra a 1.500 metros sobre el nivel del mar. "Definitivamente tuvimos problemas con la altitud", destacó Gullit. "Nuestros jugadores se mostraron cansados, todo el tiempo llegaron un poco tarde en cada acción que se esperaba estaban preparados para hacerlo bien".

En otros resultados de la primera jornada de la decimotercera temporada de la MLS, el Crew de Columbus ganó 2-0 al Toronto FC, lo propio hicieron los Wizards de Kansas City ante el D.C.United, mientras que el Fire de Chicago empató a 1-1 con el Real Salt Lake. En el duelo revancha de la pasada final de la MLS, el Revolution de Nueva Inglaterra se vengó de sus verdugos, el Dynamo de Houston, los actuales bicampeones de liga, con una goleada de 3-0.