Ruth Beitia ya es una de las grandes en el salto de altura mundial. Después de flirtear durante casi 10 años con la élite, la saltadora santanderina de 30 años accedió por fin a uno de los dos primeros peldaños del podio. El primero sigue siendo propiedad de la croata Blanka Vlasic, que ganó la final de ayer en Doha (Qatar) franqueando una vez más los 2 metros. Beitia se quedó en puertas, pero con los 1,98 que superó a la primera le bastó para colgarse una medalla de plata que le dará muchos ánimos cara a los Europeos de Barcelona del próximo verano (26 de julio a 1 de agosto) y gasolina para continuar hasta los Juegos Olímpicos de Londres, en el 2012.

Beitia demostró ayer que puede alargar el momento dulce que está viviendo. Hace cuatro años obtuvo el bronce en los Mundiales en pista cubierta de Moscú, y ayer dio un paso más. Hace cuatro semanas saltó de nuevo dos metros, una altura que tiene en sus piernas desde que la franqueó por primera vez en el 2003. De hecho, tiene el récord de España con los 2,02 al aire libre que saltó en el 2007.

La jornada de ayer en Qatar deparó otra sorpresa agradable: la clasificación del sevillano Luis Alberto Marco para la final de hoy de los 800 metros (15.30 horas). Marcó corrió como un campeón su semifinal de ayer, en cabeza de principio a fin, y así evitó contratiempos. David Bustos, en cambio, reaccionó tarde y, al acabar cuarto, se quedó fuera de la final. Diego Ruiz fue último en la final de 1.500 ganada por el etíope Deresse Mekonnen, que renovó así su título de Valencia-2008.