Como buena capitana, Ruth Beitia lideró ayer una excelente segunda jornada española en los Europeos en pista cubierta de Belgrado, donde el equipo acumuló muchos finalistas pero disparó al palo en algunas finales en las que el podio fue esquivo. Después de que la infalible saltadora cántabra lograra, a punto de cumplir 38 años (el próximo 1 de abril), su sexta medalla en unos Euroindoor y la 15ª en grandes competiciones (incluido el oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016), sus compañeros más jóvenes intentaron repetir suerte con menos fortuna. De todas maneras, España hizo acopio de munición para la última batalla, la de este domingo, donde gozará de varias ocasiones de oro para ampliar el, de momento, escaso botín de medallas: una.

Marc Alcalà (22 años), recalificado en 1.500 tras confundir en la semifinal un segundo disparo con una salida nula, fue cuarto en su primera gran final internacional. Ana Peleteiro (21) recobró su antiguo esplendor de júnior (con 16 años ganó en Barcelona 2012 el Mundial de la categoría, con una marca de 14,17) y en dos días pasó dos veces de los 14 metros -no lo había hecho desde entonces- para asegurarse una quinta plaza que le supo a poco. «Debo trabajar más», dijo la gallega afincada en Guadalajara con Iván Pedroso tras saltar 14,13 ayer y 14,20 el viernes.

En la final de 400 con dos españoles, Lucas Bua (23) y Samuel García (25) pagaron salir en las peores calles (1 y 2) y no pudieron optar a medalla en una final ganada por el checo Pavel Maslak.