CACERES 2016 - 68: Rod Brown (6), Lucio Angulo (16), Dan Cage (0), Diego Guaita (6), Wayne Simien (13) --cinco inicial-- Jesús Poves (0), Tomás Bellas (17), Juan Sanguino (6), Mike English (4), Víctor Lajas (0).

CIUDAD DE LA LAGUNA - 62: Antonio Bustamante (5), Jaime Heras (5), Jason Detrick (13), José Manuel Coego (10), Jakim Nestakaya (14) --cinco inicial-- David Padget (4), Iker Urreitzti (2), Antonio Morón (9), Alberto Ruiz de Galarreta (0).

MARCADOR POR CUARTOS: 21-21, 37-31 (descanso), 59-48 y 68-62 (final).

ARBITROS: Terreros San Miguel y Sánchez Martín. Eliminado: Detrick (min.40).

Esto funciona. Tres victorias consecutivas han situado al Cáceres 2016 cerca de la vanguardia de la LEB Oro, instalado ya en la zona de play off. El éxito de anoche ante La Laguna (68-62) no fue de los que adornan el currículum del buen juego en el balance final de la temporada, pero sí suena a trascendente.

El grupo de Piti Hurtado ya hace honor a tal condición hasta cuando practica un baloncesto irregular. Y esto puede explicarse con casos como el de ayer: tras más de seis minutos sin anotar en el último cuarto, lo que situó a los canarios a 2 puntos (59-57), el Cáceres apareció como un bloque conjuntado, y a base de defensa y una inteligente y certera ofensiva, sacó adelante la coyuntura desfavorable que se le había presentado, cuando viejos fantasmas habían aparecido por el pabellón Multiusos.

La voracidad defensiva de Lucio Angulo (¿alguien puso en duda sus condiciones?) y el proverbial acierto adelante de Tomas Bellas solventaron un partido que el Cáceres había vivido más o menos plácido desde el inicio. No hizo falta que Wayne Simien volviera a descollar extraordinariamente (eso sí, estuvo cuando tuvo que estar), ni que Diego Guaita repitiera sus extraordinarios porcentajes de la pasada semana, para ganar a un equipo poderoso atléticamente, pero inconstante en lo anímico.

Hurtado castigó la anarquía de Mike English situándolo a la cola de la rotación y acertó con su arriesgado movimiento. El tiempo que estuvo fue determinante e incluso lució como falso pívot cuando las circunstancias lo demandaron. Tras el 0-4 visitante inicial con las canastas del eficaz José Manuel Coego (jugador que su juventud estuvo en el vinculado de Casar) el Cáceres se puso las pilas y ya dominó con más o menos solvencia hasta el último cuarto. Bellas y Angulo ya hacían de las suyas en el primer cuarto, a cuyo final el electrónico señaló el lógico equilibrio (21-21).

Con Simien intermitente, Guaita fallón y Cage irrelevante, el equipo local acumuló insospechadamente diferencias notables (33-25, min. 16) y con un buen Sanguino en cancha, parecía que el partido tenía un claro dueño. Pero la elasticidad de Donaldson, uno de los jugadores que desequilibran en la LEB Oro, hizo que el marcador se fuera a un escueto 37-31 al descanso. Antes, un viejo producto de la cantera local, Víctor Lajas, había debutado para la historia. Después volvería a disfrutar de otros pocos segundos. Buenas noticias, sin duda, para el club.

SEGUNDA PARTE A la vuelta del vestuario, el Cáceres se fajó en defensa y volvió a dar otro arreón (47-35, min. 24), que hizo parar el partido a Alejandro Martínez. La Laguna no se rindió y Detrick y Heras provocaron el 47-41 poco después. Pero el duelo estaba para los locales y, con English de pívot, el partido pareció sencillo (57-44), con el 59-48 que reflejaba el final de cuarto, con poco que temer.

Pero, pese a los antecedentes, lo peor estaba por llegar. La Laguna apretó en defensa y fue arañando diferencias ayudado por la precipitación local, extensiva a un seguro de vida como Simien. El encuentro se tornó taquicárdico cuando, a falta de 4:35, los canarios se pusieron con un amenazante 59-57 tras una monumental pájara en ataque de los de Hurtado.

Apretaron Angulo --y el público, buen cómplice-- en defensa y la perspectiva cambió. Simien y Bellas tomaron el protagonismo adelante y el encuentro quedó resuelto a falta de 2 minutos con 65-57 tras una canasta de Simien. El trabajo ya estaba hecho. El Cáceres es noveno y su técnico y jugadores confirman que ahora van muy en serio. Reconocimientos públicos o no, incluido el del periodismo --ese es ya otro debate, mucho más estéril-- el equipo extremeño de LEB Oro cumple expectativas. Y todavía puede hacerlo mejor.