José María Bermejo se reunirá hoy en Barcelona con responsables de la Liga ACB y de la Agencia Tributaria. El encuentro es para intentar aplazar de nuevo la deuda que el club tiene con Hacienda, uno de los mayores problemas inminentes que lo acucian. Con la sombra de su dimisión en el aire, ninguna pieza parece haberse movido en los últimos días desde que Bermejo reconoció el martes que el proyecto era inviable y que estaba a punto de arrojar la toalla.

"Tengo dolor de cabeza". Es la respuesta del todavía presidente cuando se le pregunta por la repercusión que han tenido sus palabras. Según dice, no se arrepiente de haberlas pronunciado. "Cuando yo digo algo, lo hago conscientemente", indica.

Bermejo ha mantenido, eso sí, la intensidad en sus gestiones. Ayer fue visto saliendo del despacho del concejal Teodoro Casado, representante del Ayuntamiento de Cáceres en el consejo de administración del club. Sin embargo, cuando se le cuestiona por posibles noticias, su respuesta es taxativa: "No tengo nada, no ha cambiado nada".

LA ACB Y LA PLANTILLA

La Asociación de Clubes ha estimulado la reunión con la Agencia Tributaria y hará todo lo posible para que uno de sus asociados siga respirando. Para la imagen de la competición sería fatal una retirada anticipada por motivos económicos, aunque el panorama en el vestuario verdinegro no es en absoluto positivo.

El equipo regresó ayer a los entrenamientos con un ojo puesto en la zona noble del multiusos, donde se hallan las oficinas del club. Bermejo no pudo transmitir personalmente tranquilidad a los jugadores, pero sí han intentado hacerlo sus más directos colaboradores, como el gerente, Santos Chaso. La promesa es que cobrarán el mes que se les debe en breve. Algunos de ellos ya están buscando equipo. La sustitución de Bobby Martin --la Cope apuntó el nombre de Anthony Bonner-- queda aparcada.

Por otra parte, el Cáceres no ha se ha puesto al día con la Seguridad Social y, en principio, no tendrá opción a la subvención de la Junta de Extremadura.