El Santiago Bernabéu acoge hoy un clásico europeo, un Madrid-Milán con sabor a historia, que el vicepresidente rossonero Adriano Galliani califica como "la madre de todos los partidos", entre los dos equipos más laureados de Viejo continente, con 16 Copas de Europa sobre el terreno de juego.

Un duelo entre Madrid y Milán siempre es atractivo por la historia pasada. Más allá de los momentos que vivan los dos clubes --con un proyecto ambicioso para recuperar el prestigio perdido los madridistas por uno de transición, con una mezcla de veteranos con jóvenes en un año económico complicado para los italianos--, los focos apuntan siempre al enfrentamiento entre los dos equipos con Copas de Europa en sus vitrinas (nueve contra siete).

La última vez que se vieron las caras, hace seis años, en el caluroso regreso de Redondo al Bernabéu, se exhibieron Raúl y Guti. En esta ocasión, el segundo capitán no estará. Pellegrini no le ve plenamente recuperado del esguince de tobillo que sufría.

Respira el Milán que siempre ha pretendido a Guti, admirado de su fútbol en cada encuentro que han medido fuerzas. Y lo hace también por la baja de Cristiano Ronaldo, que engrosa la lista de ausencias blancas por lesión junto a Metzelder, Gago y Van Nistelrooy. Si estará para liderar el juego del Madrid el brasileño Kaká, que se reencuentra a las primeras de cambio con su ex equipo en un día especial. En un estadio donde, curiosamente, el Milán nunca ha sido capaz de ganar en la Copa de Europa. Cuatro derrotas y un empate es su balance.

Mejorar el juego y mantener la pegada (el conjunto de Pellegrini tiene una media de tres goles por partido) es el objetivo madridista. El técnico chileno mantiene dos dudas en un equipo titular en el que es indiscutible Casillas que cumplirá cien partidos en la competición más prestigiosa de Europa el día que Ronaldinho vuelve al Bernabéu.