Nadie sabe muy bien de qué juega este chico exactamente: base, escolta, alero... Esa polivalencia puede haberle perjudicado en algún momento de su sorda carrera, pero es evidente que cuando Nando Vicario saca su talentazo no hay quien le pare. Ayer fue el principal protagonista de la victoria del Cáceres 2016 ante el Valls Félix Hotel, un triunfo tan claro que, contra pronóstico, tuvo valor doble, ya que los verdinegros superaron los 19 puntos de desventaja del partido de la primera vuelta y se hicieron con el basket-average particular.

Vicario apareció en todos los rincones de la cancha, en los momentos decisivos y en los intrascendentes. Sus estadísticas --22 puntos y 9 rebotes-- se quedan pequeñas para explicar su tremenda preponderancia en el encuentro, sobre todo cuando su equipo lo pasaba peor en el segundo cuarto y se sacó tres triples seguidos de la manga.

DEFENSA, DEFENSA De acuerdo: cuando un equipo deja a otro en 53 puntos es que ha habido más de un jugador funcionando a pleno rendimiento. El trabajo defensivo del colectivo del Cáceres resultó impecable, ahogando las vías de anotación de un Valls que demostró el porqué de su bajón en la clasificación.

Ya en el primer cuarto los catalanes se quedaron en 9 puntos. Se vio enseguida que el Cáceres había preparado estupendamente la cita. Mención especial merece el ayudante de Ñete Bohigas, Juan Pablo Márquez, cuyo trabajo oscuro en el estudio de los rivales resulta imprescindible. Los locales supieron atacar bien en ese arranque la zona que machaconamente impuso el Valls. Clave era anotar desde fuera --misión de Vicario y Blackshear--, pero también romper la maraña defensiva del rival a base de penetraciones y Dani López continúa reencontrándose a sí mismo.

Al final de los primeros diez minutos reinaba el optimismo (19-9), pero no todo iba a ser tan fácil. El Cáceres se resintió cuando Morales y Humanes --claramente ambos con problemas físicos-- saltaron a la cancha y el conjunto del extelevisivo Joan María Gavaldá lo aprovechó, limando las diferencias hasta el mínimo (26-25, min. 17). Surgió entonces la clase de Vicario, aderezada por el trabajo de sus compañeros para generarle buenos tiros. Una penetración del cacereño, plena de fuerza, clausuraba el primer tiempo y un parcial de 11-0 (37-25).

El Valls ya no se repuso. Buscó desesperadamente a Shalawn Miller en el interior, pero nunca se sintió cómodo ante Ramón Moya, Josh Asselin y Francesc Cabeza (¡qué gancho clavó!). Mientras, tampoco había soluciones desde la línea de 6,25 (3 de 17 al final).

En el tercer cuarto, Blackshear tomó el relevo de Vicario con dos triples sensacionales que propulsaron al Cáceres hacia un nuevo partido: el de remontar el average . Puede ser importante cara al futuro, ya que ambos conjuntos marchan ahora empatados.

La barrera de los 19 puntos se alcanzó por primera vez a falta de siete minutos (62-43). Sólo había que mantener la calma y esperar a que el Valls se desquiciase del todo. A 26 segundos, la situación estaba al límite (72-53), con balón para el Valls. Una infracción estúpida --no pasar de medio campo en ocho segundos-- y una posterior técnica a Pedro Louren§o sentenciaron la doble alegría para el Cáceres.